- CAMINO MISIONERO - - Encuentro Nº 15 - - Anexo: La Cruz de Matará - |
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La Cruz de Matará, testimonio de evangelización de nuestra tierra, figura desde 1982 en la portada del Misal Romano (edición argentina ) debido a una disposición del Episcopado de nuestro país. Por la significación que la misma posee, le fue entregada una réplica al Papa Juan Pablo II por los seminaristas santiagueños, durante la visita a Córdoba -Abril de 1987-.
En el año 1971 se localizó esta pieza en las proximidades del río Salado. La misma guarda toda una tradición que sostiene que los grupos indígenas que vivieron allí (los "Matará") consideraban a la cruz con poderes sobrenaturales.
Esta cruz data del siglo XVI, aproximadamente cien años después del descubrimiento de América. La cruz es de mistol (flora regional). Ella está compuesta por dos partes: el madero vertical que mide 47 cm. y el horizontal que mide 17 cm. Ambos se hallan unidos por dos clavos de madera (ensamblan perfectamente, lo que permite su perfecto ajuste); su extremo inferior esta desgastado pues, indudablemente, estuvo calzado sobre una base de madera.
En aquella época, los Jesuitas establecieron varias misiones a lo largo de sudamérica para evangelizar a los nativos. Como estos no tenían escritura y los jesuitas no podían por lo tanto escribir las enseñanzas del Evangelio para que pudieran recordarlas después, decidieron tallarlas en la madera. Así fue como nació la Cruz de Matará, que contiene tallada en su superficie, con dibujos, el kerygma que trajeron aquellos primeros misioneros al suelo americano.
A través de la obra artística con sus peculiares signos e imágenes tallados en la madera, se encuentra depositado en la cruz, todo un mensaje y una intención. Trataremos pues, de penetrar en el significado o simbología de la representación.
Los motivos cubren perfectamente toda la superficie de la cruz; salvo tres sectores que no presentan ningún símbolo y en donde se puede apreciar la madera virgen, su estado de conservación es bueno. Para un mejor estudio, dividiremos la cruz en cinco partes:
PRIMERA PARTE (Extremo superior del madero vertical):
Se observa unos signos como una "A" y una "O", cuya interpretación es ALFA y OMEGA principio y fin de todas las cosas;
con características mayores una "M", letra inicial de un nombre: MATARA. Abajo, a continuación, letra romana correspondiente al 1 y una cruz griega. En las líneas siguientes las letras ATA mayúsculas y en minúsculas una probable "r" y "a" y otros motivos pequeños difíciles de interpretar. Enlazando todas las letras tendríamos la palabra "Matará".
Bajo esas letras el número 1-5-9 y otros signos no reconocibles, estos números indicarían un año ¿el de 1594?.
SEGUNDA PARTE (Sobre el madero horizontal):
Se destaca una figura, la del señor que se extiende al madero vertical, donde se completa. La figura del cuerpo de Jesucristo está tratada con rasgos estilizados muy originales. En la cabeza se apoya una corona y por detrás una aureola. De la cintura arranca un faldín que cubre medio muslo, y los pies se encuentran apoyándose sobre un soporte.
TERCERA PARTE (Izquierda):
Tres símbolos celestes o siderales están representados: un cometa, la Luna y el sol. El cometa recordaría la estrella que acompañó a los reyes magos a Belén; la Luna, Jesucristo murió en plena pascua judía que se cumplía con Luna llena; y el sol símbolo primario de la vida, de la luz y de la fuerza, que son otras tantas características del Señor.
CUARTA PARTE (Derecha): Dos símbolos sobresalen:
el martillo que se usó para clavar a Cristo y
un cáliz o copa que sostiene dos elementos cruzados ¿espigas? y sobre ellas la hostia representación de la última cena y la vivencia de la misma.
QUINTA PARTE (parte inferior del madero vertical) :
Alrededor del cuerpo de Jesús, pueden observarse los cordones, símbolo de la flagelación;
la lanza que le atravesó el pecho,
la escalera con la que se bajó el cuerpo y
los clavos usados en la crucifixión.
Más abajo aparece la figura de un ave, el gallo, que cantó dos veces antes de que Pedro traicionara al maestro.
Bajo esta figura se ven dos motivos mas que podrían ser los dados con los que se sortearon las vestiduras del Señor.
Una brillante figura femenina con corona y aureola se destaca llevando en su mano un cetro. Esta figura que representa los rasgos de una dama española, sin duda alguna la Virgen María.
Cuatro lenguas de fuego brotan de un fuego común y mas abajo una figura con el rostro dañado de un personaje, que por su curioso tocado (¿de plumas?), podría ser un jefe indígena. Su posición en actitud de súplica con los brazos cruzados contra el pecho, pueden indicar que implora la intersección de María Santísima para salir de el Purgatorio que esta simbolizado por las lenguas de fuego y fundamentalmente por el martirio de Cristo.
Podemos destacar de ahí, una visión altamente unitaria, teológica y descriptiva de la pasión del Señor, lograda por una notable expresión de arte. La talla como así también la manifestación figurativa del autor anónimo dan testimonio de la ardua tarea realizada por los misioneros jesuitas en la zona (región del río Salado).
Indudablemente la cruz, objeto de este estudio, tuvo una finalidad catequística, tanto en la época en la que fue realizada como en el medio en el que surgió (comunidad indígena arraigada en el territorio santiagueño, región del Salado y Chaco-Santiagueño, habitada por los matarás y después por los Villelas y otros grupos chaqueños, todos éstos con una cultura de hábitos semisedentarios).
HISTORIA DE LA CRUZ DE MATARA
Nota: cada uno de los elementos de la cruz de matará están indicados en negrita en el texto
A partir del descubrimiento de América, se inició una nueva etapa en la historia de la Evangelización. Jesucristo pudo llegar a una gran parte de la humanidad que hasta entonces había permanecido desconocida, de la mano de valientes misioneros que dejaban su tierra para venir a predicar el Evangelio en estas tierras lejanas.
Corría el año 1594, cuando un grupo de misioneros jesuitas llegó al actual territorio de Santiago del Estero, a orillas del Río Salado, donde vivía una tribu de indígenas llamados Matará.
Lo primero fue ganar su confianza para poder conquistar sus corazones. Luego hubo que aprender su lenguaje para poder comunicarse con ellos y hablarles de Jesucristo. Pero ¿cómo podían hacer para que estas personas pudieran recordar el Mensaje, si no sabían leer ni escribir? Así nació la idea de tallar en la madera la Buena Nueva que venían a anunciar, y poco a poco fueron construyendo juntos la "Cruz de Matará".
Les dijeron que les venían a hablar de Aquel que es el principio y el fin de todo, el alfa y el omega. Les venían a hablar de Dios, el que había creado todo. El creó el sol y la luna y puso las estrellas en el cielo.
Les contaron cómo los hombres se habían alejado de Dios, y cómo éste había enviado a su hijo único, Jesucristo, para salvarlos. Les contaron cómo Jesucristo había pasado por el mundo haciendo el bien, obrando prodigios y milagros.
También les hablaron de la Última Cena, y de cómo Jesús nos había dejado el gran regalo de su Cuerpo y Sangre hechos pan y vino en la Eucaristía, antes de ser hecho prisionero. Les hablaron de Pedro, y de cómo lo había negado tres veces antes de que cantara el gallo.
Les contaron cómo Jesucristo fue conducido ante Pilatos quien lo mandó a azotar, y cómo los soldados lo despojaron de sus vestiduras y se sortearon (dados) su manto.
También les contaron que fue condenado a morir en la cruz, y cómo con martillo y clavos, fueron clavados sus manos y pies en ella. Les hablaron también de su Madre, la Virgen María que lo había acompañado fiel hasta el final en todos sus sufrimientos, hasta que no resistiendo más su maltratado cuerpo, entregó su alma y murió.
Les contaron cómo poco después, un soldado le atravesó el costado con una lanza para comprobar si efectivamente había muerto y cómo bajaron (escalera) su cuerpo de la cruz para sepultarlo.
También les hablaron de cómo tres días después, Jesucristo resucitó glorioso de entre los muertos para librar a la humanidad de las llamas del infierno que se había ganado al alejarse de Dios, y cómo podían ellos, los Matará, hacer suya esa salvación aceptando y honrando a Jesucristo como Dios y Salvador, y postrándose ante El para adorarlo.
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