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Enfermos y Ancianos Misioneros
El Enfermo/ Anciano Misonero El Servidor de los Enfermos y Ancianos Misioneros La Jornada Mundial del Enfermo Devocionario para el Enfermo y el Anciano Misionero  Manual del Servidor de los E.A.M. Manual del Enfermo y el Anciano Misionero

La Pastoral Misionera con los Enfermos y Ancianos busca que los enfermos, los que sufren, los limitados físicos, etc., descubran su situación como un llamado al seguimiento más cercano del Señor, para ser transformados en sus discípulos predilectos mediante su Palabra y los sacramentos con el fin de que sean sus apóstoles. De esta manera, se los invita a  ser misioneros a través de la oración y el ofrecimiento de su sufrimiento por las misiones.

 

Aquellos cristianos que hacen descubrir a los enfermos esta dimensión profunda de su realidad cristiana (los animadores misioneros de los enfermos y ancianos), están prestando un enorme y valioso servicio, porque les abren horizontes infinitos que les permitirán renovar su fe, sentirse miembros dolientes pero útiles y vinculados a participar activamente en la acción apostólica y misionera de la Iglesia.

 

Los enfermos están llamados a descubrir, con ocasión de las enfermedades, en los dolores y sufrimientos, una llamada especial del Señor para ser sus testigos con su vida, con sus palabras, con sus actitudes. El enfermo tiene la enorme y maravillosa posibilidad de identificarse con cristo doliente en la cruz, y hacer care propia las palabras de san Pablo: "estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí. Vivo de la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí" (Gal 2,19b-20).

 

De esta realidad de fe nace la dimensión misionera universal del enfermo y su dolor: "cuando yo sea levantado en la cruz, atraeré a todos hacia mí", dice Jesucristo (Jn 12,32). La vida del enfermo convertida en ofrenda desde la cruz de su dolor, adquiere las mismas dimensiones del acto Redentor de Cristo por la salvación del mundo entero. El enfermo, puede cooperar en la obra evangelizadora universal, uniéndose a ella con su sacrificio, sus oraciones, su debilidad, sus soledades, sus abandonos, sus limitaciones, sus lágrimas (esto se conoce como cooperación espiritual con la evangelización).

 

Aunque parezca difícil, desde su cama, el enfermo puede ser misionero con sentido universal, apoyar con su propio sacrificio la obra de primera evangelización, y colaborar para la conversión de los miles de millones que no conocen a Jesucristo.

 

Dentro a de la pastoral parroquial, la Pastoral Misionera con los Enfermos y Ancianos no implica la creación de un nuevo grupo, sino que los agentes pastorales que ya trabajan al servicio de los enfermos (Ministros de la Eucaristía, Legionarios de María, Agentes de Pastoral de la Salud, etc.) pueden asumir esta misión dando un sentido misionero a su servicio, colaborando así con la obra evangelizadora universal de la Iglesia, de la cual, todos somos corresponsables, en virtud de nuestro Bautismo (RM 77).

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El Enfermo/Anciano Misionero

Quién es

1. El Enfermo o el Anciano misionero es quien, corresponsable en la obra misionera de la Iglesia, ofrece con alegría y paciencia el dolor y soledad, fruto de su condición de enfermedad o ancianidad, para la redención de todos los hombres.

2. Un cristiano que ora por la propagación del Evangelio en toda la tierra y por la conversión de los que no conocen a Cristo.

3. Quien ofrece su dolor por la santificación de los misioneros de todo el mundo, y de los agentes de pastoral que trabajan con los enfermos y ancianos.

Qué hace

1. Hace de su enfermedad y sufrimiento, un medio de santificación, sintiéndose partícipe de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a la que está vinculado desde el Bautismo y a través de la Eucaristía.

2. Acepta y ofrece con paciencia y alegría, sus sacrificios, dolor, angustias, soledad, limitaciones y otras circunstancias de cada día, y ofrece también su oración por todas aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo y por su conversión, por la propagación del Evangelio en toda la tierra, por las misiones y misioneros de todo el mundo, especialmente por todos los que asisten, visitan y acompañan a los enfermos, por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales a favor de la misión, y por todos los enfermos inscriptos en la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros.

 

3. Se une a Jesucristo mediante la oración, la lectura de la Palabra de Dios, la práctica de los sacramentos (unción de los enfermos, reconciliación y eucaristía).

4. Testimonia con su ejemplo vivo e irradia su fe, su esperanza y caridad a los miembros de su propia familia, a sus amigos y a los otros enfermos.

5. Es él también, apóstol para otros enfermos, orando por ellos, apoyándolos en su enfermedad mediante cartas, llamadas telefónicas, visitas si le es posible.

 

Compromisos del Enfermo y el Anciano Misioneros

1. Hacer de mi enfermedad y sufrimiento, un medio de santificación, sintiéndome partícipe de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a la que estoy vinculado desde el Bautismo y a través de la Eucaristía.

2. Ofrecer diariamente mi dolor por la propagación del Evangelio en toda la tierra, junto con mis oraciones por los misioneros del mundo, por todos los que asisten, visitan y acompañan a los enfermos en todo el mundo, y por todos los enfermos inscriptos en la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros.

3. Aceptar y ofrecer con paciencia y alegría, mis sacrificios, angustias, soledad, limitaciones y otras circunstancias de cada día por todas aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo y por su conversión.

4. Testimoniar con mi ejemplo vivo e irradiar mi fe, mi esperanza y caridad a los miembros de mi propia familia, a mis amigos y a los otros enfermos.

5. Unirme a Jesucristo con la oración, con la práctica de los sacramentos (unción de los enfermos, reconciliación y eucaristía) y ofrecerme diariamente como hostia viva al Padre Dios, en el cáliz del sufrimiento y de las limitaciones de mi enfermedad o edad.

6. Sentir la cercanía maternal de la Virgen María quien, de pie junto a la cruz, contribuyó como ninguna en la obra de nuestra redención desde su propio sacrificio, y encomendarme a ella con sentido filial.

7. Meditar y profundizar los misterios de la vida, pasión y muerte y resurrección del Señor, principalmente a través de la lectura de la Biblia, para encontrar en ellos la fortaleza para luchar contra todo lo que pueda ser ofensa a Dios o al prójimo.

8. Ser yo también apóstol para otros enfermos, orando por ellos, apoyándolos en su enfermedad mediante cartas, llamadas telefónicas, visitas si me es posible.

9. Ofrecer mi dolor por la santificación y perseverancia de los misioneros, y de los agentes pastorales que trabajan con enfermos y ancianos en todo el mundo.

10. Rezar por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales, de personas comprometidas con la evangelización y especialmente de la atención pastoral de los enfermos y ancianos.

 

El Servidor de los Enfermos yAncianos Misioneros

Quién es

El Servidor de los Enfermos y Ancianos Misioneros es una persona con gran dosis de humanidad que, en consonancia con sus posibilidades, sus aptitudes y su tiempo, ofrece un servicio entusiasta, desinteresado, constante y eficaz a favor de los enfermos y ancianos,  ayudándolos a sobrellevar su situación de limitación y a encontrar un nuevo sentido a su sufrimiento, haciéndolo redentor y útil para sí mismo y para la humanidad.

 

Qué hace

Las actividades específicas que realiza el Servidor de los enfermos y ancianos misioneros son los siguientes:

  • Informar a los enfermos y ancianos que viven en la jurisdicción de la Parroquia, acerca de la forma en que ellos pueden ser misioneros, e invitarlos a asumir este desafío. 

  • Asistir con especial dedicación a los enfermos y ancianos que están a su cargo, apoyándolos tanto espiritual como materialmente, siendo perseverante en el cumplimiento de su servicio. Para ello los visitará periódicamente.

  • Despertar en los enfermos y ancianos el sentido de pertenencia a la Iglesia universal y la corresponsabilidad en la obra evangelizadora de la Iglesia, animándolos a sentirse partícipes en la tarea misionera, mediante la oración y el ofrecimiento de la propia cruz.

  • Orar por todos los enfermos del mundo, y especialmente por los inscriptos en la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros.

  • Orar por la perseverancia de los agentes pastorales que están al servicio de los enfermos y ancianos en todo el mundo, y por el surgimiento de nuevas vocaciones destinadas a este servicio.

  • Esforzarse en el camino de la propia santidad procurando vivir en íntima unión con Jesucristo y siendo testimonio vivo de los valores evangélicos ante la comunidad.

  • Procurar la formación permanente, tanto en lo doctrinal, como en lo espiritual y en todos aquellos aspectos relacionados con el servicio de atención a los enfermos y ancianos.

  • Mantener una fluida comunicación con el Párroco, con la Dirección Diocesana de OMP y el Equipo Diocesano de Pastoral Misionera, para comunicar sus experiencias y obtener información y material formativo.

  • Representar este apostolado ante la Pastoral Parroquial y ante la Pastoral Misionera Diocesana. 

 

 

La Unión de los Enfermos y Ancianos Misioneros

Qué es

Es un servicio de la Iglesia, establecido para inscribir a todo enfermo crónico o anciano que desee ofrecer su dolor y su vida por las misiones, con el objetivo de hacer que los enfermos, asociados a la pasión de Cristo Redentor, ofrezcan sus obras, sufrimientos y oraciones por las misiones.  

 

Procura ayudar a que todos los agentes de pastoral de la salud también estén impregnados el sentido genuinamente misionero y se animen a ayudar a los enfermos a vivir esta hermosa realidad de la fe.

 

Sus objetivos específicos son los siguientes:

  • Hacer que los enfermos y ancianos,, asociados a la pasión de Cristo Redentor, ofrezcan sus obras, sufrimientos, oraciones y aportes económicos por las misiones. 

  • Contribuir continuamente a la santificación personal de los enfermos  y los ancianos

  • Fomentar la comunicación de los enfermos y ancianos asociados, entre sí y con los enfermos de las misiones. 

  • Fomentar la cooperación directa de sus miembros en actividades de animación misionera que estén a su alcance.

 

Cómo Nació

A fines de la década de 1920, existían en diversas naciones, asociaciones que tenían por objeto agrupar a los enfermos, con el fin de ofrecer constantemente sus plegarias y dolores por las misiones. 

 

La UEM (Unión de Enfermos Misioneros) nace en 1928, del celo de un alma fervorosa y ardiente: Margarita Godet, enamorada del apostolado misionero, e inmovilizada ella misma por la enfermedad. Fue en la diócesis de Pamplona (España) hacia el año 1933, cuando empezó a difundirse, aunque de manera privada, la UEM. En el año 1940 quedaba erigida canónicamente, y en 1945, fue declarada oficialmente como asociación auxiliar de las Obras Misionales Pontificias. 

 

Con el tiempo, se ve conveniente que esta obra se dirija también a los ancianos, pasando a llamarse Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros (UEAM)