NOVENA EN HONOR A
SAN FRANCISCO JAVIER
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ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS Eterno
Dios, Creador de todas las cosas : acuérdate que Tú creaste las almas de
todos los hombres, haciéndolas a tu imagen y semejanza. Mira, Señor, cuántos
mueren sin conocerte. Acuérdate, Padre celestial, de tu Hijo Jesucristo,
que derramando libremente su sangre, padeció por ellos. No permitas que
sea tu Hijo por más tiempo menospreciado e ignorado por los no creyentes,
sino que sea reconocido con los ruegos y oraciones de tus escogidos los Santos
y de la Iglesia, Esposa bendita de tu mismo Hijo. Acuérdate de todos los
hombres y mujeres que no creen en ti. Haz que ellos conozcan también al
que enviaste, Jesucristo, tu Hijo, que es salvación, vida y resurrección
nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria
por los siglos de los siglos. Amén. Aquí se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria, y luego la reflexión correspondiente al día de la Novena (ver más adelante) . Aquí se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria, y luego la reflexión correspondiente al día de la Novena
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Amabilísimo
y amantísimo San Francisco Javier: adoro contigo humildemente a la Divina
Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que te concedió en
vida y por la gloria de que ya gozas. Te suplico con todo el afecto de mi alma,
me consigas por tu poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y
morir santamente. Te pido también que me alcances la gracia especial que pido
en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se
desean). Y si lo que pido no conviene a la mayor gloria de Dios y bien de mi
alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.
Invocaciones
a San Francisco Javier
A
cada invocación, responder “Ruega por Nosotros”
-
Apóstol de las Indias
-
Padre de los enfermos
-
Defensor de los pobres y pequeños
-
Peregrino del Evangelio
-
Santo confiado en Dios
-
Servidor incondicional de Dios
-
Seguidor fiel de Jesucristo
-
Sembrador de la Buena Nueva
-
Maestro humilde y sencillo
-
Plantador de Iglesias
-
Predicador incansable
-
Apasionado del Evangelio
-
Enamorado de la Palabra de Dios
-
Sacerdote de corazón ardiente
-
Discípulo dócil al Espíritu Santo
-
Modelo de misionero
-
Heraldo confiado en la providencia
-
Testigo del Evangelio
-
Valiente defensor de la fe
-
Lleno de celo apostólico
-
Patrono de las Misiones
Ruega
por nosotros, Patrono de las Misiones, para que siguiendo tu ejemplo vivamos
ardientemente nuestra fe, contagiados de tu pasión por la propagación del
Evangelio de Jesucristo y la extensión de su Iglesia. Amén.
ORACIÓN
FINAL
Oh
Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la
predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos a los que
veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, que imitemos, también los
ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y
reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
REFLEXIONES
Y ORACIONES PARA CADA DIA
DIA
1 – Preparación y formación para la misión
Desde
niño, Javier había recibido lecciones de gramática y latín. Cuando tenía 19
años, partió hacia París, para estudiar en la Universidad de Sorbona donde,
como correspondía a un segundón de familia noble, iba a prepararse para
la carrera eclesiástica. Allí, Javier ingresó en el Colegio de Santa Bárbara,
dejó el traje de gentilhombre y se vistió de universitario. Las clases duraban
más de nueve horas al día entre lecciones, repeticiones, disputas y demás.
Profesores y alumnos se levantaban a las 4 de la mañana, y estudiaban casi de
corrido, salvo respectivas pausas para almorzar y cenar, hasta las 9 de la
noche, en que llegaba el toque de silencio y a dormir. Es difícil imaginar hoy
la disciplina, la austeridad y aun la pobreza casi monacal que reinaba en estos
Colegios. Las aulas no tenían bancos ni sillas. Los alumnos se sentaban en el
suelo, cubierto de una capa de heno que mitigaba el frío en el invierno y daba
frescor en verano.
Durante
cinco años cursó sus estudios de Humanidades y Artes, obteniendo el título de
Maestro en Artes, y luego seis años más hasta obtener el Doctorado en Teología.
Cuando
Dios lo llevó a tierras lejanas a predicar, Francisco debió dedicar largas
horas al aprendizaje de los idiomas y dialectos de los pueblos donde Dios lo iba
llevando, tarea que no le resultaba nada fácil, como así también a aprender
la historia y la cultura de los distintos pueblos. Así debió aprender chino,
japonés y los dialectos de varias tribus de nativos de las costas de la India.
Pero
Francisco siempre fue consciente de que las horas dedicadas a su formación,
eran necesarias para poder responder de la mejor manera posible al mandato que
Jesucristo le había hecho: predicar el Evangelio hasta los confines de la
tierra. Sabe que lo aprendido no es para uno mismo, sino para darlo a los demás.
Tal es así que en su primer viaje a la India, desde Cochín, escribe en una
carta pidiendo más misioneros: "Muchas veces me vienen pensamientos de ir
a los Colegios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el
juicio, y principalmente a la universidad de París, y decirles a los que tienen
más letras que voluntad para disponerse a fructificar con ellas, cuántas almas
dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos..."
Oración
Señor
Dios, Padre y Maestro de la humanidad, enseñame a seguir tus caminos y a ser un
verdadero testigo tuyo delante de los hombres. Se que nada puedo solamente con
mis capacidades, pero tambien se que de ellas te vales Tu para hablar a los
hombres. Te pido que me des la fortaleza y el empeño que tuvo San Francisco
Javier, para dedicarme con esmero a forjar mi inteligencia y mis habilidades, y
asi poder ser un istrumento util y efectivo para la expansion de tu Reino en
medio de los hombres.
Maestro mio, se que solo en Ti encontrare la plena felicidad para mi alma. Por eso quiero dejarme moldear por ti, como la vasija en las manos del alfarero. Dame un corazon de discipulo que se goce en escuchar tu voz y en aprender sentado a los pies su Maestro, y crezca en conocimiento y en virtud hoy y siempre, hasta el final de mi vida. Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
2 – Docilidad a la voluntad de Dios
Estando
en la Universidad de la Sorbona, Francisco conoció a un extraño estudiante
llamado Ignacio de Loyola, ya bastante mayor que sus compañeros. Al principio
Francisco rehusó la influencia de Ignacio el cual le repetía la frase de
Jesucristo: "¿De qué
le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?".
Este pensamiento al principio le parecía fastidioso y contrario a sus
aspiraciones, pero poco a poco fue calando y retando su orgullo y vanidad. Por
fin San Ignacio logró que Francisco se apartara un tiempo para hacer un retiro
especial que el mismo Ignacio había desarrollado basado en su propia lucha por
la santidad. Se trata de los "Ejercicios Espirituales".
Francisco fue guiado por Ignacio en aquellos días de profundo combate
espiritual y quedó profundamente transformado por la gracia de Dios.
Comprendió las palabras que Ignacio: "Un corazón tan grande y un
alma tan noble no pueden contentarse con los efímeros honores terrenos.
Tu ambición debe ser la gloria que dura eternamente".
Así
llegó a ser uno de los siete primeros seguidores de San Ignacio, fundador de
los Jesuitas, consagrándose al servicio de Dios a los 28 años. Tres años
más tarde, recibió la ordenación sacerdotal.
La
fama de los jesuitas traspasa las fronteras. El rey de Portugal, pide misioneros
para la India, y el papa Paulo III ordena que vayan dos jesuitas. Ignacio escoge
a dos de sus clérigos, pero un día antes de partir, uno de ellos cae enfermo e
Ignacio lo sustituye por Francisco Javier quien cuenta entonces con 35 años. Francisco
está dispuesto a partir inmediatamente. Cuando le comunican la noticia que
cambiará su vida, su respuesta:
“Heme aquí”. Al día siguiente, sale camino de Lisboa; sólo lleva el
breviario, algunos escritos y un poco de ropa.
A
partir de este momento, Francisco estará disponible al soplo del Espíritu
Santo, que lo llevará hasta los confines del mundo durante los siguientes diez
años de su vida y hasta su muerte. Así fue como Francisco llevó la Buena
Noticia de Jesucristo a la India, a Indonesia, a China y hasta a Japón.
Oración
Padre
amado, a ejemplo de San Francisco Javier que fue dócil a tu voluntad y supo
responder con valentia a tu llamado, hoy quiero moldear mi voluntad para
escuchar siempre tu voz y, obediente a tu mandato, responderte sin vacilar. Cuan
feliz seria de tener un corazon, como el de Francisco Javier, siempre dispuesto
a seguirte y disponible para ir donde Tu lo enviases! Te pido que me ayudes a
morir a mis propios deseos, para hacer solo tu voluntad. Ayudame a escuchar tu
voz y a ser obediente a ella, hoy y siempre.
Te
pido tambien por todos aquellos jovenes que hoy sienten tu llamado a la vocacion
misionera, para que sepan responder con generosidad y desprendimiento de corazon
y, dej ndolo todo, te sigan sin dudar.
Padre
mio, se que tu me creaste y pensaste para mi un papel unico en tu Plan Divino.
Por eso quiero entregarme a cumplir tu designio de amor. Dame un corazon de hijo, a quien nada produce mas gozo que
amar y hacer la voluntad de su Padre, hoy y siempre, hasta el final de mi vida.
Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
3 – Predicó la Buena Nueva sin descanso
Luego
de recibir el envío misionero, Francisco Javier dedica su vida a predicar la
Buena Noticia en todo momento y a todos los que lo rodean. Ya en el barco en que
viaja hacia la India, su primer destino, Francisco se encargó de catequizar a
todos.
Ya
en la India, y después de pasar la mañana en asistir y consolar a los enfermos
y a los presos, en hospitales y prisiones miserables, recorría las calles
tocando una campanita para llamar a los niños y a los esclavos al catecismo.
Estos acudían en gran cantidad y el santo les enseñaba el Credo, las
oraciones y la practica de la vida cristiana.
Todos los domingos celebraba la misa a los leprosos, predicaba a los
cristianos y a los hindúes y visitaba las casas.
Su amabilidad y su caridad con el prójimo le ganaron muchas almas.
En
su tarea solía valerse el santo de los niños, a quienes seguramente divertía
mucho repetir a otros lo que acababan de aprender de labios del misionero.
Los paravas de la India, que hasta entonces no conocían siquiera el
nombre de Cristo, recibieron el bautismo en grandes multitudes. A este propósito,
Javier informaba a sus hermanos de Europa que, algunas veces, tenía los brazos
tan fatigados por administrar el bautismo, que apenas podía moverlos.
En
la ciudad de Kagoshima (Japón) la predicación de Francisco gana muchas almas
para Jesucristo. Algún milagro o gesto heroico le abren las puertas, pero las
conversiones son fruto de la argumentación y la discusión, y se producen por
convicción: “Al fin de la explicación siempre había disputas que
duraban mucho. Continuamente estábamos ocupados en responder a las preguntas...
perseveraban muchos días en estas preguntas y disputas; y después de pasados
muchos días, se comenzaron a hacer cristianos, y los primeros que se hicieron
fueron aquéllos que se nos habían mostrado más enemigos, así en
explicaciones como en disputas”.
Oración
Dios
y Señor mio, amor fontal del que surge, como manantial, la mision de la
Iglesia. Inflama mi corazon de deseos de anuciar la Buena Noticia de que tu
Reino ya esta en medio de nosotros. Concedeme experimentar un poco del celo
misionero de San Francisco Javier que entrego su vida incansablemente a la
predicacion del Evangelio. Que sepa exclamar como lo hizo San Pablo: "Ay de
mi sin no predicara el Evangelio!".
Ayudame
a encontrar la manera y la oportunidad para predicar tus verdades a todos los
que me rodean, tanto en lo ordinario de mi vida cotidiana, como en lo
extraordinario de la mision mas alla de las fronteras. Que mis obras y palabras
anuncien en todo momento que soy un hijo Tuyo e inviten a los demas a serlo
tambien.
Señor
mio, que me llamaste para estar contigo y me enviaste para predicar el
Evangelio. Dame un corazon de apostol, a quien consume de felicidad la dicha de
anunciar el Mensaje que su Señor le ha enviado a predicar, y que proclame tu
nombre a todas las naciones, hoy y siempre, y hasta los confines de la tierra.
Amen
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
4 – Se hizo uno con los demás
Donde
iba, Francisco se adaptaba plenamente al pueblo con el que vivía. Con los
pobres comía arroz y dormía en el suelo de una pobre choza. Francisco supo
llegar al corazón de aquellos a quien Dios le había encomendado evangelizar.
Para esto aprendió a conocer en profundidad a sus interlocutores, y a
inculturar la Buena Noticia en sus vidas. En Goa (India), para instruir a los
pequeños y a los ignorantes, el santo solía adaptar las verdades del
cristianismo a la música popular, un método que tuvo tal éxito que, poco
después, se cantaban las canciones que él había compuesto, lo mismo en las
calles que en las casa, en los campos que en los talleres.
Con
varios siglos de adelanto, dio protagonismo a los laicos en la Iglesia: en cada
poblado formó catequistas, encargados de enseñar la fe, bautizar a los niños,
cuidar de la iglesia, etc. Compuso un catecismo, que estuvo en vigor dos siglos.
Su amor y su entrega hicieron que los paravas de la India le consideraran un
padre.
En
Japón, Francisco comenzó predicando en las calles, pero, más tarde, prefirió
el trato personal, en los domicilios, mediante conversaciones y disputas en las
que aprendía a apreciar la profundidad del alma japonesa. Pronto logró
traducir al japonés una exposición muy sencilla de la doctrina cristiana que
repetía a cuantos se mostraban dispuestos a escucharle. De esta manera, al cabo
de un año de trabajo, había logrado unas cien conversiones. Si bien algún
milagro o gesto heroico le abrían las puertas, las conversiones eran
fruto de la argumentación y la discusión, y se producían por convicción
en lo profundo del corazón de sus interlocutores.
Oración
Padre
nuestro, que nos hiciste a tu imagen y semejanza y que entraste de una vez y
para siempre en nuestra historia por medio de tu Hijo Jesucristo. Te pido que me
ayudes a desarrollar, como Francisco Javier, la capacidad de hacerme uno con los
demas, de llegar a sus corazones para poder sembrar ahi la semilla de tu
Palabra.
Dios
cercano, que quisiste asumir nuestra naturaleza humana para elevarla y
redimirla, dame un corazon sensible, capaz de llegar al corazon de los demas, de
comprender sus inquietudes y necesidades, de compartir sus alegrias y tristezas,
de perdonar sus defectos y debilidades, y de transformarlos encarnando en ellos
tu Evangelio, y la alegria que solo se encuentra en Ti. Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
5 – Su vida fue un testimonio de amor
La
vida de Francisco fue un testimonio permanente de amor al prójimo. Cuando recién
iniciaba su primer viaje misionero, se desató a bordo una epidemia de
escorbuto, por lo que Francisco convirtió su camarote en enfermería y se dedicó
a cuidar a todos los enfermos.
En
la India, pasaba sus mañanas asistiendo y consolando a los enfermos y a los
presos, en hospitales y prisiones miserables.
Cuenta Francisco en una de sus cartas: "Aquí en Goa dediqué
mucho tiempo al hospital; confesaba y comulgaba a los enfermos que allí
estaban; eran tantos los que venían a confesarse, que, si estuviera en diez
partes partido, en todas ellas tuviera que confesar. Después de cumplir con los
enfermos, confesaba por la mañana a los sanos que me venían a buscar; y después
de mediodía iba a la cárcel a confesar los presos, dándoles alguna orden e
inteligencia primero del modo y orden que habían de tener para confesarse
generalmente…"
Todos
los domingos celebraba la misa a los leprosos, predicaba a los cristianos y a
los hindúes y visitaba las casas de todos .
Su amabilidad y su caridad con el prójimo le ganaron muchas almas.
Su
amor y su entrega hicieron que los paravas le consideraran un padre. En
estos lugares, cuando llegaba, bautizaba a todos los muchachos que no eran
bautizados; de manera que bauticé una gran multitud de infantes que no sabían
distinguir la mano derecha de la izquierda. Cuando llegaba en los lugares, no me
dejaban los muchachos ni rezar el Oficio, ni comer, ni dormir, sino que les enseñara
algunas oraciones. Entonces comencé a conocer por qué de los tales es el reino
de los cielos.
Oración
Señor
Dios, que no nos llamaste servidores, sino amigos, te pido que me ayudes a
imitar a San Francisco Javier en su heroica virtud de la entrega a los demas.
Prepara mi corazon para estar siempre dispuesto a ayudar a quienes lo necesiten,
aun cuando no me lo pidan. Que sepa descubrir en cada hombre y mujer, un hermano
a quien amar.
Dios
Amigo, que nos enseñaste que el amor se expresa sirviendo, y que el que quiera
ser el primero debe hacerse el servidor de todos. Dame un corazon de hermano
universal, que se entregue a amar sin medida a todos los hombres, sin esperar
nada a cambio, y que sea capaz de ayudar a través de gestos concretos, hoy y
siempre y a todos sin distinción. Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
6 – Confianza en la providencia
Un
rasgo fuerte y muy característico es la confianza absoluta, ciega, total en
Dios y cuyo secreto está en la voluntad, en la determinación firme de querer
servir a Dios por encima de todas las criaturas -el principio y fundamento
ignaciano-; esta confianza le hace relativizar y superar miedos, trabajos,
peligros, riesgos, incertidumbres.
Cuando
sus amigos tratan de disuadirlo de emprender uno de sus viajes misioneros a
China y Japón debido a lo peligroso de la travesía, él les responde:
“Me sorprendo al ver la poca fe que tienen, pues Dios nuestro Señor
tiene mando y poder sobre las tempestades del mar de la China y Japón, que son
las mayores que hasta ahora se han visto; y poderoso sobre todos los vientos y
bajos, que hay muchos, a lo que dicen, donde se pierden muchos navíos. Tiene
Dios nuestro Señor poder y mando sobre todos los ladrones del mar, que hay
tantos que es cosa de espanto. Como Dios nuestro Señor tiene poder sobre todos
éstos, de ninguno tengo miedo, sino de Dios que me dé algún castigo por ser
negligente en su servicio, inhábil e inútil para acrecentar el nombre de
Jesucristo entre gentes que no lo conocen. Todos los otros miedos, peligros y
trabajos que me dicen mis amigos, los tengo en nada”
Tal
es la conciencia que tiene San Francisco Javier acerca de la importancia de la
confianza en Dios, que en otra de sus cartas, expresa:
“El mayor de los peligros es dejar
de esperar y confiar en la misericordia de Dios ... pues desconfiar ahora de su
misericordia y poder... es mucho mayor peligro de lo que son los males que nos
pueden hacer todos lo enemigos de Dios... Considerando estos peligros del alma
que son mucho mayores que los del cuerpo, considero
que es más seguro y más cierto pasar por los peligros corporales, antes
que ser comprendido delante de Dios en los peligros espirituales. Porque “si
Dios está con nosotros, ¿quién
tendrá victoria contra nosotros?” (Rom 8, 31).
Oración
Dios
y Padre protector, que vistes a los lirios del campo con los vestidos mas
hermosos y que das a las aves del cielo su sustento diario sin que ellas te lo
pidan, enséñame a entregarme confiadamente a tu providencia, como lo hizo tu
siervo San Francisco Javier.
Tu
Hijo Jesucristo nos enseño que todo lo que pidiéramos con insistencia y en su
Nombre, no nos seria negado, siempre y cuando fuera lo mejor para nosotros y lo
mas conveniente para tu Reino. Dame un corazón de niño, capaz de confiar
ciegamente en ti. Líbrame de la tentación de confiar mas en mis habilidades y
en mis conocimientos mas que en tu divina providencia.
Dame
un corazón humilde, capaz de reconocer mi pequeñez y tu grandeza, y de confiar
en que Tu infinita sabiduría me lleva por caminos que no alcanzo a comprender.
Quiero entregarme a tu bondad y seguir siempre tus caminos, allí donde me
lleves, en todo momento, aquí y hasta los confines de la tierra. Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
7 – A pesar de las dificultades
San
Francisco fue modelo de fidelidad a Dios, en toda circunstancia y a pesar de las
grandes dificultades que le tocó vivir durante su vida como misionero. Durante
sus continuos viajes en barco, Francisco y sus compañeros, dormían sobre una
maroma arrollada, pasando el día
y la noche a la intemperie; comían galletas, carne y pescado en salazón lo
cual les provocaba hinchazón de las encías, por lo cual muchos no podían
comer ni beber, y morían. Las calmas prolongadas del mar inmovilizaban la nave
dejándolos varados en medio del mar por largo tiempo, en el que el sudor y el
calor producían muchas enfermedades.
La sed era el mayor tormento: a
causa del calor, el agua se pudría en los aljibes. Los mareos, las enfermedades
contagiosas y el agua contaminada daban altos índices de mortandad. Las
tempestades constantes hacían peligrar las naves, sobre todo en el cabo de
Buena Esperanza. Todas estas circunstancias, muchos barcos y marineros no
llegaban a puerto.
En
su contacto con numerosos pueblos a los que les predicó el Evangelio, Francisco
padeció junto con aquellos a quienes estaba evangelizando,
los ataques de pueblos enemigos que destrozaban sus poblaciones,
asesinaban a varios y se llevaban a otros muchos como esclavos, como le ocurrió
varias veces en la India. Según se
cuenta, en cierta ocasión, salió solo Francisco Javier al encuentro del
enemigo, con el crucifijo en la mano, y le obligó a detenerse.
En Japón, todo fueron duros contratiempos, y circunstancias
desfavorables, hostiles; todo le salió contrariamente a lo querido y
programado. Inmensos sufrimientos, duras pruebas, incluso persecución y burlas,
al punto que en una de sus cartas se lamenta: “No podríais creer cuán
perseguido fui en Malaca”, donde llega a afirmar que
se sintió “desamparado de todo favor humano”. Allí también
fue expulsado por las autoridades por las suspicacias que despertaban las
conversiones que el Santo lograba entre los pobladores.
A
pesar de todo esto, Francisco sabe enfrentar los peligros y dificultades con
optimismo y confiándose en las manos de Dios. Desde las islas Molucas, donde
hubo de padecer grandes dificultades, escribió a San Ignacio: "Los peligros a los que me encuentro expuesto y los
trabajos que emprendo por Dios, son primavera de gozo espiritual.
Estas islas son el sitio del mundo en que el hombre puede más fácilmente
perder la vista de tanto llorar; pero se trata de lágrimas de alegría.
No recuerdo haber gustado jamás tantas delicias interiores y los
consuelos no me dejan sentir el efecto de las duras condiciones materiales y de
los obstáculos que me oponen los enemigos declarados y los amigos aparentes".
Oración
Padre
siempre fiel, hoy quiero pedirte que me des la capacidad de perseverar y ser
fiel a la misión que me encomendaste, a pesar de las dificultades que se me
presenten en el camino. Quiero imitar a tu siervo San Francisco Javier, que
aprendió a superar los obstáculos que día a día entorpecían su labor
misionera.
Padre
bueno y protector, Tu eres mi fortaleza, la roca en que me apoyo y mi único
sostén. Dame fortaleza para poder cambiar aquellas situaciones que está
en mis posibilidades cambiar, paciencia para soportar aquellas realidades que no
puedo cambiar, y sabiduría para
reconocer la diferencia. Amén
(continuar
con la Oración para todos los días)
Nada
podía desanimar a Francisco. "Si no encuentro una barca- dijo en una ocasión-
iré nadando". Tal es su
celo misionero, que le cuesta comprender que hayan otras personas que no sientan
esa pasión por predicar el Evangelio. Empujado por la grandeza de su amor, su
sentido de la responsabilidad, y su pasión por Jesús, cruzará mares y países,
irá siempre más allá para que nadie pierda su alma. La responsabilidad que
siente y vive consigo mismo: la propia salvación, la vivirá también hacia los
demás, haciendo propias las palabras de San Pablo: “Me he hecho todo a
todos, para ganar, sea como sea, a algunos”.
Al
ver la apatía de los cristianos ante la inmensa necesidad de evangelizadores
que tenían esas vastas tierras donde Cristo era desconocido por millones, se
lamentaba: "Si en estas islas hubiera minas de oro, los cristianos se
precipitarían aquí. Pero no hay aquí sino almas para salvar".
San Francisco deseaba contagiar a todos su celo evangelizador y veía con
tristeza cómo muchos hermanos suyos en la fe, se formaban en importantes
universidades, y se convertían en “sabios” del Evangelio, pero se guardaban
ese conocimiento de Dios para sí, en vez de transmitirlo a los demás. En una
de sus cartas comenta: “Muchas
personas no se hacen cristianos en
estas tierras, por no haber muchas personas que se ocupen en predicarles el
Evangelio. Muchas veces siento deseos de ir a las casas de estudio de Europa,
dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la
universidad de París, diciendo en Sorbona a los que tienen más letras que
voluntad, para instarlos a que se dispongan a hacer que sus conocimientos den
algún fruto. ¡Cuántas almas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la
negligencia de ellos!
Oración
Dios
y salvador nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la Verdad. Haz que mi corazón se consuma de celo por contagiar
a los demás esta alegría de ser misionero. Dame el entusiasmo de Francisco
Javier por transmitir a quienes lo rodeaban su deseo de seguirte y de predicar
el Evangelio.
Padre
mío, se que tu sembraste en mi interior ese fuego que me consume y que me
impulsa a proclamar tu nombre a toda criatura. Dame un corazón inquieto, que
sepa entusiasmar a los demás en la tarea misionera de la Iglesia, y animar a
que muchos otros también se entreguen a esta tarea evangelizadora, que es mi
esencia, mi identidad mas profunda para que sean cada vez mas los obreros que
acudan a tu Viña. Amen.
(continuar
con la Oración para todos los días)
DIA
9 – Se entregó por completo hasta dar la vida
Francisco
Javier se entregó por completo a Dios, hasta el final, sin dudar. Hablando
de la larga navegación que le llevó desde Lisboa a Goa, escribe en cierta
ocasión: “Creo que los que gustan de la cruz de Cristo nuestro Señor,
descansan viniendo en estos trabajos, y mueren cuando de ellos huyen o se hallan
fuera de ellos. ¡Qué muerte es tan grande vivir, dejando a Cristo, después de
haberlo conocido, por seguir propias opiniones o aficiones! Y por el contrario,
¡qué descanso vivir muriendo cada día, por ir contra nuestro propio querer,
buscando no los propios intereses sino los de Jesucristo!”
En
su último viaje, cuando estaba a punto de llegar a China, debió detenerse en
una isla llamada Sanción, a 10 km de la costa porque estaba prohibido ingresar
a China, bajo pena de muerte. Un chino, jugándose la cabeza, se ofreció por
veinte quintales de pimienta a llevar de noche a Javier y sus compañeros. Pero
pronto todos lo dejaron solo por temor a los chinos. Mientras esperaban la
oportunidad propicia para emprender el viaje al continente, Francisco enfermó
de pulmonía. Debilitado por la enfermedad y el hambre, puesto que tampoco tenían
provisiones, poco a poco su vida se fue apagando. Aunque había perdido el
habla, se aferraba a su rosario y rezaba constantemente, hasta que por fin murió
el 3 de diciembre, con 46 años, sin llegar a poder pisar China.
Francisco
vive la más pura y desnuda lógica evangélica: “si el grano de trigo no
cae y muere…”, “el que
quiera salvar su vida la perderá…”. Su vida, como la nuestra, se
explica y tiene sentido sólo como testimonio del actuar del Padre, como
transparencia suya, como signo de su presencia, y por lo tanto, como invitación
dirigida a todos a mirar hacia la fuente de todo amor.
Oración
Dios
Padre misericordioso, que tanto amaste al mundo que enviaste a tu Hijo único
para salvarnos. Yo también quiero ser capaz de amar hasta el extremo, como lo
hizo tu siervo San Francisco Javier, que no quiso ganar su vida, sino que la
perdió por ti y por la predicación del Evangelio, hasta entregarla por
completo muriendo en las costas de la China, cumpliendo con la misión que tu le
habías encomendado.
Señor
y Salvador nuestro, que nos amas incondicionalmente. Dame un corazón generoso,
para que sea capaz de renunciar a mi mismo y de ofrecer mi vida por amor a los
demás, tanto en las cosas pequeñas de cada día como en las situaciones que me
exijan una actitud heroica, capaz de dar testimonio cristiano en todo momento y
en todo lugar, en los distintos ámbitos en que me muevo cada día y hasta los
confines de la tierra. Amen
(continuar
con la Oración para todos los días)
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