Misioneros como Maria, San Francisco Javier y Santa Teresita |
1.- SEGUIMIENTO MISIONERO DE JESUS
"La actividad misionera exige una Espiritualidad especifica, que concierne particularmente a quienes Dios ha llamado a ser misioneras" (RM.87a). La espiritualidad misionera es la manera específica y original de vivir el Evangelio como verdaderos seguidores de Jesús; la Juventud Misionera la propone al joven como un camino de seguimiento e identificación con su Maestro. Al joven misionero se le pide, ante todo, plena docilidad al Espíritu Santo; dejar se guiar por El, para que pueda dar verdadero testimonio de Cristo reflejando su imagen por gracia y obra del Espíritu. También, lo compromete a acoger en si mismo los dones de fortaleza y discernimiento que le ayuden a encarnar con valentía y entender con la luz del Espíritu las dificultades propias de la misión (Cfr RM.87). Otro aspecto fundamental de la Espiritualidad misionera es el comprender y vivir la misión en referencia a Cristo en cuanto enviado a evangelizar. El joven ha de experimentar que Cristo es el que lo llama, el que lo envía, el que lo acompaña y el que lo espera en cada persona y comunidad (Cfr RMi,87). Todo el proceso de anonadamienlo y de humillación de Jesús, ha de vivirlo el joven misionero, lo mismo que la renuncia, la pobreza y el desapego que lo ayude a hacerse hermano con aquellos a quienes es enviado. (Cfr RMi.88). Un último aspecto que se vive en la espiritualidad es el camino del amor. Al joven misionero se le pide vivir un amor como el de Cristo a la Iglesia, a la cual está unido desde el Bautismo y a todos los hombres por quienes también Cristo derrama su sangre. Esto es, vivir en plenitud la cariad apostó1ica. Así el joven se hace "hermano universal". |
2.- SANTIFICARSE MEDIANTE LA MISION
"La Vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión" (RMi.90). El joven comprende que empieza a ser santo cuando asume de una manera radical su misión y es misionero cuando emprende el camino de la santidad. No se puede ser santo sin ser misionero y no se puede ser misionero sin ser santo. Somos santos cuando crecemos en estos tres aspectos: La unión con Dios: "Los seguidores de Cristo, llamados por Dios, no en razón de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el Bautismo, Sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y participes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos" (L.G. 40). La perfección de la caridad: "Es necesario que con la ayuda de Dios conserves y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol les amonesta a vivir "como conviene a los santos", y que como elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia" y produzcan los frutos del Espíritu para la santificación" (L.G.40). La configuración con Jesucristo en la plenitud de la vida cristiana: "En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo su huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo la votuntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo" (L.G. 40). |
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"La Espiritualidad misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad" (RM.90b). Todo joven está llamado a vivir este camino entregando "el todo por el Todo", asumiendo el riesgo de Jesús y experimentando dentro de la misma misión un amor que trasciende las fronteras de su corazón y que lo lanza hacia un camino distinto, un camino de santidad.
3.- MISIONEROS COMO MARIA, SAN FRANCISCO JAVIER Y SANTA TERESITA
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María Santísima
Es la "Reina de las Misiones" y "Estrella de la Evangelización". Ella ha sido proclamada "dichosa por haber creído" y llena del Espíritu Santo, se levanta con prontitud y va a anunciar a Isabel la buena noticia de Jesús (Cfr Lc 1,39ss). La Santísima Virgen es pionera de la evangelización. Ella es evangelizadora en sí misma, y con su obra colaboró eficazmente en el cumplimiento de la misión de su hijo. Es como la estrella que todos los jóvenes, han de mirar, si quieren seguir el camino correcto de la misión. Maria es Madre de Dios, de la Iglesia y de los jóvenes, en todo el sentido de la palabra; es Modelo de generosidad, alegría, sencillez, fidelidad y entrega total; es guía, compañera y camino seguro para llegar a Jesús. Ella los sigue acompañando como a la primera comunidad para ayudadas a cumplir bien su misión. "Es el modelo de todos los discípulos y evangelizadores por su testimonio de oración, de escucha de la Palabra de Dios y de pronta y fiel disponibilidad al servicio del Reino hasta la cruz" (S.O.15) |
Los Apóstoles. Nuestra fe está basada en la de los apóstoles. Ellos son nuestros primeros hermanos y modelos misioneros. En ellos aprendemos cómo ser discípulos, cómo anunciar el Evangelio y cómo formar comunidades cristianas. A ellos nos encomendamos para que intercedan por nosotros. Ellos están al comienzo, en el centro y al final de toda misión; por ello el joven los acoge como sus mejores amigos y compañeros de misión. |
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San Francisco Javier
Es expresión viva de actividad misionera, de acción varonil, de riesgo y aventura, de celo apostó1ico y de amor a los hombres. Misionero de la India y del Japón, supo adaptarse a los demás, encarnar el Evangelio y entregarse completamente a las misiones. En él cada joven encuentra el ejemplo del misionero que va "más allá de sus fronteras". |
Santa Teresita del Niño Jesús
Es prototipo de vida Espiritual misionera, de silencio, de delicadeza femenina, de entrega decidida al Señor, de cooperación misionera. Su actividad en favor de las misiones superó sodas las fronteras ya que dedicó su vida a ella por medio de la oración, el sacrificio y las cartas que dirigía a los misioneros para animarlos en su labor apostó1ica. Los vinculados a Juventud Misionera se interesan en conocer, imitar y difundir las virtudes de otras "figuras misioneras" como San Francisco de Asís, San Pedro Claver, Santo Toribio de Mogrovejo y otras cercanas a ellos. |
4.- LA PASCUA JUVENIL MISIONERA Ó PASCUA MISIÓN JUVENIL
Es un encuentro personal con Jesucristo; misionero del Padre; de oración, es decir de acercarse a Dios, de comunicación intensa con Dios Padre, su Hijo y con el Espíritu Santo. Los jóvenes animadores misioneros, tienen la oportunidad de intensificar la espiritualidad misionera. Se profundiza en los fundamentos de la Semana Santa por medio de la formación cristiana, misionera y humana.
Es un proceso que se puede facilitar anualmente según la necesidad con momentos presenciales concretos y que tiene continuidad en la vida de las diversas actividades personales.
El Objetivo general de la Pascua: Es brindar al joven una experiencia de fe que lo lleve a identificar su amistad con Jesús y su compromiso misionero.
Ø Ofrecer al joven elementos que lo lleven a asumir la Pascua como origen de nuestra fe, de nuestro vivir cristiano y compromiso misionero.
Ø Que el joven comprenda que la Historia de la Salvación continúa en la vida de todos los días.
Ø Llevar al joven a comprender que nuestro Ser Misionero, tiene sus raíces en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Ø Lograr que la Juventud se identifique con la figura de Jesucristo, Misionero del Padre y comprenda la raíz Misionera de la Iglesia.
Nota: Estos objetivos son adaptables a la realidad de cada país.
Compromisos del Joven Misionero
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