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Capítulo 1
La Actividad Misionera de la Iglesia
El
Señor Jesús, ya desde el principio "llamó a sí a los que Él quiso, y
designó a doce para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar" [1]. Antes de subir al cielo,
fundó su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a
todo el mundo, como Él había sido enviado por el Padre[2].
Todos los evangelistas, al narrar el encuentro del Resucitado con los Apóstoles,
concluyen con el mandato misional: "Me ha sido dado todo poder en el cielo
y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes. Sabed que yo
estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" [3].
Por ello incumbe a la Iglesia el deber de propagar la fe y la salvación de
Cristo[4].
Todo
el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el
nombre de Evangelización. Por eso,
la misión de la Iglesia, su esencia misma es Evangelizar. La Iglesia
peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la
misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de
Dios Padre [5].
La gracia y la vocación propia de la Iglesia su identidad más profunda, es
evangelizar. Ella existe para evangelizar [6].
Por
el Bautismo todo cristiano participa de la Vida y la Misión de Cristo,
Misionero del Padre, para dar una Buena Nueva a los hombres. Se dice misionero
en cuanto el cristianos se sabe enviado, se
dice evangelizador en cuanto al contenido
de su misión. Por razones prácticas se
utilizan las palabras como sinónimos, pero es bueno tener clara la distinción
en la apreciación de ambas ideas.
Las
diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión evangelizadora de la
Iglesia nacen de las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla.
Mirando al mundo actual, desde el punto de vista de la evangelización, se
pueden distinguir tres situaciones [7]:
·
Primera
Evangelización ( = Misión Ad Gentes = Actividad Misionera Específica):
Es aquella actividad misionera de la Iglesia que se dirige a pueblos, grupos
humanos, contexto socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos,
o donde faltan comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder
encarnar la fe en el propio ambiente y anunciarla a otros grupos. Es la
actividad evangelizadora que se dirige a "los
que todavía no" son cristianos.
·
Actividad
Pastoral (= Atención Pastoral = Pastoral de Conservación)
Hay también comunidades cristianas con estructuras eclesiales adecuadas y sólidas;
tienen un gran fervor de fe de vida; irradian el testimonio del Evangelio en su
ambiente y sienten el compromiso de la misión universal. En ellas se desarrolla
la actividad o atención pastoral de la Iglesia. Es la actividad evangelizadora
que se dirige a "los que ya" son
cristianos. Mientras la Actividad Misionera usa una metodología de conversión
individual, la Actividad Pastoral es más bien grupal o masiva.
·
Nueva
Evangelización (= Reevangelización):
Se da, por último, una situación intermedia, especialmente en los países de
antigua cristiandad, pero a veces también en las Iglesias más jóvenes, donde
grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no
se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de
Cristo y de su Evangelio. En este caso es necesaria una "nueva evangelización"
o "reevangelizacion". Es la actividad evangelizadora que se dirige a
"los que ya no" son
cristianos.
Aclarados
estos conceptos, podemos delimitar el ámbito de las palabras Evangelización y
Misión. La palabra Evangelización se utiliza para referirse a toda la actividad de la
Iglesia en cuanto anuncia a
Jesucristo, mientras que la palabra Misión
se refiere específicamente a la Primera Evangelización, y un poco más
generalmente, también a la Nueva
Evangelización.
Cabe
también destacar la concepción renovada de la Misión Ad Gentes que desarrolla
Juan Pablo II en Redemptoris Missio. Anteriormente al Concilio, se había
afirmado sencillamente que la Misión Ad Gentes se desarrollaba en los llamados
"territorios de misión". El Decreto Ad Gentes suaviza esta afirmación
diciendo que la actividad misionera, "de ordinario" se realiza en los
territorios de misión [8].
Juan Pablo II comienza afirmando que "la misión Ad Gentes, en virtud del
mandato universal de Cristo no conoce confines" (RMi 37), y a continuación
delinea diversos ámbitos de la misma:
·
Ambitos
territoriales: El
primero (y más antiguo) de los criterios para delimitar la Misión Ad Gentes es
el geográfico. Especialmente en Asia, pero también en África, América Latina
y Oceanía, hay vastas zonas sin evangelizar; a pueblos enteros y áreas
culturales de gran importancia en no pocas naciones no ha llegado aún el
anuncio evangélico y la presencia de la Iglesia local. Incluso en países
tradicionalmente cristianos hay regiones confiadas al régimen especial de la
misión ad gentes, grupos y áreas no evangelizadas.
·
Mundos
y fenómenos sociales nuevos.
la urbanización y en el incremento masivo de las ciudades, sobre todo donde es
más fuerte la presión demográfica. Por otra parte, las migraciones han
producido un fenómeno nuevo: los no cristianos llegan en gran número a los países
de antigua cristiandad, creando nuevas ocasiones de comunicación e intercambios
culturales, lo cual exige a la Iglesia la acogida, el diálogo, la ayuda y, en
una palabra, la fraternidad.
·
Áreas
culturales o areópagos modernos.:
el mundo de la comunicación (los medios de comunicación social), el compromiso
por la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos; los derechos del
hombre y de los pueblos, sobre todo los de las minorías; la promoción de la
mujer y del niño; la salvaguardia de la creación, son otros tantos sectores
que han de ser iluminados con la luz del Evangelio. Hay que recordar, además,
el vastísimo areópago de la cultura, de la investigación científica, de las
relaciones internacionales que favorecen el diálogo y conducen a nuevos
proyectos de vida.
Para
concluir, es importante recordar las palabras con que Juan Pablo II comienza su
Carta Encíclica Redemptoris Missio: "La Misión de Cristo Redentor,
confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo
milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que
esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con
todas nuestras energías en su servicio" [9].
Abreviaturas Utilizadas
AG |
Ad
Gentes, Decreto
Conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia, Concilio Vaticano
II, 1965 |
AA |
Apostolicam
Actuositaten: Decreto Conciliar sobre el apostolado de los laicos,
Concilio Vaticano II, 1965 |
EN |
Evangelii
Nuntiandi: Exhortación Apostólica acerca de la Evangelización del mundo
contemporáneo. Pablo VI, 1975 |
Rmi |
Redemptoris
Missio: Carta Encíclica sobre la Misión del Redentor. Juan Pablo II,
1990 |
CM |
Cooperatio
Misionalis .Instrucción de la Congregación para la evangelización de
los pueblos sobre la cooperación misionera, 1998 |
SD |
Conclusiones
de la IV Conferencia Plenaria del Consejo Episcopal
Latinoamericano reunida en Santo Domingo |
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Notas:
[1] Mc., 3,13; Cfr. Mt., 10,1-42
[2] Decreto
Conciliar “Ad Gentes” sobre la actividad misionera de la Iglesia, artículo
5. En adelante AG; Cfr. Jn., 20,21
[3] Carta Encíclica de Juan Pablo II “Redemptoris Missio” sobre la permanente validez del mandato misionero, artículo 22. En adelante RMi.; Cfr. Mt 28, 18-20; cfr Mc 16, 15-18; Lc 24, 46-49; Jn 20, 21-23
[4] AG5
[5] AG 2
[6] Exhortación Apostólica Post Sinodal de Pablo VI “Evangelii Nuntiandi” acerca de la Evangelización del mundo contemporáneo, art. 14. En adelante EN
[7] Cfr. RMi 33
[8] AG6
[9] RMi1