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- Manual para los Grupos Misioneros -

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Capítulo 5

Organización Interna del Grupo Misionero

Como ya dijimos, los Grupos Misioneros se conforman principalmente en Parroquias, pero también en Colegios, Universidades u otro tipo de ámbitos que les pueda dar acogida. Se integran con jóvenes y adultos que muestren interés en ser miembros activos. Es imprescindible que el Grupo Misionero cuente con el aval del Párroco o encargado de la Comunidad de Origen, dado que “ninguna obra puede arrogarse el nombre de católica sin el asentimiento de la legítima autoridad eclesiástica” [1].

 

De acuerdo a la realidad pastoral local, a la cantidad y calidad de los miembros del Grupo, pueden asumir distintas formas de organización:

 

·         Grupo Único: Muchos trabajan a nivel de la formación en un único grupo, lo cual fortalece la convivencia y la fraternidad. Sin embargo, si el Grupo es muy numeroso, suele ser conveniente trabajar en sub-grupos. También existen otros factores que pueden hacer deseable una división, como se verá en los ejemplos que se citan a continuación.

 

·         Separación por edades:  Aquellos Grupos en los que existe un amplio rango de edades, suelen dividirse para las reuniones de formación en grupos más pequeños, separando en jóvenes y  adultos. Por supuesto, siempre existen actividades comunes, para fortalecer la comunión de toda la comunidad, como por ejemplo la oración, la liturgia y el apostolado.

 

·         Separación por sexo: Esta separación suele hacerse sobre todo en los  Grupos de adolescentes, puesto que en su formación suele ser conveniente a veces, esta división. Nuevamente, la separación suele darse únicamente a nivel de encuentros de formación. 

 

·         Separación por actividades: Suele darse este tipo de división en  Grupos que tienen varios apostolados (por ejemplo, si algunos realizan su apostolado con niños, otros con enfermos, otros con jóvenes, etc. ), o tienen varios destinos de misión, etc. En este caso, puede requerirse formación específica para el apostolado y la preparación de las actividades para los mismos.

 

El Asesor del Grupo Misionero

Siempre es conveniente que el Grupo Misionero tenga como referente a un sacerdote o religioso que asuma el asesoramiento espiritual. Se proponen las siguientes pautas para orientar la actividad del asesor del GM:

 

·         Mantiene un diálogo continuo con los miembros del Grupo

·         Orienta el proceso formativo y espiritual del Grupo, aconsejando en las decisiones

 

 

La Animación del Grupo Misionero

El Animador es la persona que orienta, motiva, apoya y acompaña a los miembros del Grupo Misionero para que vayan creciendo en el seguimiento de Jesús y en la vocación misionera. Es el que contagia, el que entusiasma, el que favorece las iniciativas. Los animadores pueden ser laicos, sacerdotes, religiosos, seminaristas, etc. En cada GM puede haber uno o más animadores.

 

Las funciones del/los animador/es son las siguientes:

 

·         Orientar, incentivar y coordinar a los miembros del Grupo, dejando que ellos asuman sus propias responsabilidades.

·         Preparar los encuentros semanales, o velar por que siempre haya alguien que se haga cargo de la preparación del mismo.

·         Mantener una fluida comunicación con el Párroco, con la Dirección Diocesana de Obras Misionales Pontificias y el Equipo Diocesano de Pastoral de Grupos Misioneros, para comunicar sus experiencias y obtener información y material formativo.

·         Representar al Grupo Misionero ante su Comunidad (Concejo de Pastoral Parroquial, etc.) y ante la Pastoral Misionera Diocesana.

·         Ayudar a que entre los miembros del grupo se distribuyan las responsabilidades (secretaría, tesorería, preparación de encuentros, etc.)

 

Con respecto a la animación del grupo, al ser una realidad no estructurada ni formalmente organizada en la Iglesia, los Grupos Misioneros presentan variadas formas de organización en cuanto a su animación. Aquí presentamos algunas de las formas de organización que adoptan los Grupos Misioneros:

 

·         Animación a cargo de Sacerdotes o Religiosos/as: Muchos Grupos Misioneros son animados directamente por el párroco o por religiosos/as (en el caso de Colegios, por ejemplo) 

 

·         Animación a cargo de uno o más laicos: Otros Grupos Misioneros,  son animados por laicos (con el título de animador, coordinador, presidente, dirigente, etc.).  En el caso de los animadores laicos, los mismos pueden ser designados por el párroco o elegidos por votación de los integrantes del G.M., pueden permanecer al frente del grupo mientras formen parte del mismo, o ser renovados periódicamente. 

 

·         Sin figura específica de animador: Otros Grupos Misioneros no tienen una figura específica de animador, sino que todos participan por igual en la formación y en las decisiones. Sin embargo, aún cuando no exista el “rótulo” o el “cargo” de animador o coordinador, siempre existen una o más personas que son las que ejercen de manera efectiva a animación.

 

Es conveniente que la animación no recaiga en una sola persona, sino más bien que exista un pequeño equipo de animadores. También es aconsejable que se de cierta participación en la animación a otros miembros del GM, de manera que vayan adquiriendo los conocimientos, criterios y experiencia necesaria para la animación de un Grupo. Esto asegurará la permanencia del Grupo a través del tiempo ante el eventual alejamiento de uno de los animadores, puesto que siempre quedarán otros capacitados para continuar su labor con la menor repercusión posible en el funcionamiento del Grupo.

 

Algunos consejos respecto a la organización en el Grupo Misionero

 

Es importante distribuir las responsabilidades dentro del Grupo entre sus miembros, de acuerdo  a las capacidades y carismas propios de cada uno. Algunas responsabilidades que pueden distribuirse son: la función de secretaría, de tesorería, la animación de los encuentros, la oración, la formación, etc.

 

Es conveniente que el Grupo Misionero lleve una memoria escrita de las actividades que planifica y realiza y de las decisiones que se toman. Esto suele traducirse en un "Libro de Actas" que servirá para una mejor organización en el funcionamiento del Grupo y ayudará en el futuro para recordar y evaluar el camino recorrido y para conservar una línea continua de acción. Inclusive será muy útil en casos de cambio de animadores  o para "volver a las fuentes" en circunstancias que así lo requieran. Para esto conviene que existan una o más personas con el la función de secretaría encargados de mantener estos registros actualizados. Muchos GM suelen llevar también una crónica de su historia y hasta un álbum de fotografías.

 

Es conveniente que el Grupo Misionero tenga presente durante todo el año la necesidad de realizar algún tipo de actividad lucrativa que les permita ir juntando fondos para la misión.

 

Resulta práctico para el GM ir adquiriendo con el tiempo, materiales que les sirvan para las misiones y otras actividades pastorales, tales como un pequeño equipo de sonido o megáfono propios, etc., para evitar la necesidad de salir a conseguir cada año estos elementos cuando se aproxima la misión.

 

 

Importancia de la Planificación y Evaluación  en los GM

Planificación. Como toda actividad, es muy importante que las actividades de los GM sean debidamente planificadas. Esto implica que, al comenzar cada año, se elabore un proyecto que contenga:

 

o        Objetivos claros y concretos: los cuales ayudarán a tener un horizonte definido de qué es lo que se desea lograr. Puede fijarse un objetivo general y varios objetivos específicos. Los objetivos deben estar en consonancia con el Plan Pastoral de la Diócesis y con el Plan Pastoral de la comunidad de origen, los cuales deben ser conocidos por el GM.

 

Planificación de Actividades: que consiste en un detalle de las actividades que se realizarán durante el año. Debe incluir las actividades  relativas a la formación, acción misionera ad-intra y ad-extra, espiritualidad, animación, cooperación y comunión misioneras. Esta planificación debe contemplar, entre otras cosas: los tiempos litúrgicos, las fiestas patronales  y otros acontecimientos importantes de la comunidad de origen, las actividades propuestas a nivel Diocesano por la Iglesia en general y por la Pastoral Misionera.

Para la elaboración del proyecto, se debe tener en cuenta la situación del Grupo, observando sus necesidades y la de la Comunidad de Origen.

 

Evaluación. La evaluación consiste en determinar en qué medida se cumplieron los objetivos propuestos para un determinado período de tiempo o para una actividad concreta. La evaluación anual sirve para tener un panorama de cómo fue el desenvolvimiento del GM y brinda elementos para la determinación de los objetivos y actividades para el nuevo año. También es importante realizar evaluaciones específicas luego de la Misión y de otras actividades sobresalientes, las que ayudarán a perfeccionar planificaciones posteriores de actividades semejantes.

 

Símbolos e Insignias de los Grupos Misioneros

Muchos Grupos Misioneros adoptan símbolos comunes que tienen un significado especial a lo largo de su vida misionera. Los símbolos suelen estar directamente relacionados con el camino de maduración recorrido y los compromisos asumidos.

 

Los símbolos fundamentales que la muchos Grupos Misioneros comparten son:

 

El Rosario Misionero: es el símbolo de la oración misionera por intercesión de la Virgen María. Muchos Grupos Misioneros suelen simbolizar el "primer compromiso misionero" mediante la imposición del Rosario Misionero en una ceremonia que suele coincidir con el cumpleaños del grupo o con alguna fecha especial. Este compromiso implica la disposición interior a descubrir en la propia vida la vocación misionera y a procurar la formación personal para ello.

 

La Cruz Misionera: simboliza el "compromiso misionero", mediante el cual el misionero que se ha descubierto llamado a la vocación misionera específica, acepta responder a esta vocación y se compromete a vivirla en todos los ámbitos de su vida. Este compromiso también suele formalizarse en una ceremonia en la que el párroco impone a los misioneros la cruz misionera. Dependiendo de la espiritualidad del grupo, la cruz misionera puede adoptar distintas formas.

 

Notas:

[1] Decreto del Concilio Vaticano II “Apostolicam Actuositatem”, sobre el apostolado de los laicos, art. 24. En adelante AA