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Capítulo 8
La Formación de los Grupos Misioneros
Fundamentos
y Areas de la Formación de los GM
Afirma
el Decreto Ad Gentes: Los que hayan de ser enviados como buenos
ministros de Jesucristo, estén nutridos "con las palabras de la fe y de la
buena doctrina", que tomarán ante todo, de la Sagrada Escritura,
estudiando a fondo el Misterio de Cristo, cuyos heraldos y testigos han de ser.
Por lo cual todos los misioneros han de prepararse y formarse para que no se
vean incapaces ante las exigencias de su labor evangelizadora[1].
Es
necesario que los misioneros se dediquen a los estudios misionológicos; es
decir, conocer la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad
misional, saber qué caminos han recorrido los mensajeros del Evangelio en el
decurso de los siglos, la situación actual de las misiones y también los métodos
considerados hoy como más eficaces[2].
La
formación doctrinal y la profundidad de la fe son indispensables para que los
cristianos puedan asumir los desafíos de la cultura moderna. Con mayor razón,
aquellos que quieren ser misioneros no sólo en sus ambientes, sino más allá
de las fronteras. Las realidades concretas del mundo y de la misma Iglesia,
replantean la necesidad de un nuevo ardor misionero en el que se nos exige a
todos saber dar razón de nuestra fe. La Iglesia es el espacio histórico en
donde Cristo se acerca a los hombres, se da a conocer, camina con ellos y como
hizo con sus apóstoles, los instruye en su Palabra y les hace madurar la fe
hasta que puedan asumir su misión. A este proceso se le llama Escuela con Jesús.
El
Misionero basa su formación en la figura de Jesucristo como Maestro y Amigo que
ama, enseña, comprende, conoce, ayuda y convierte. Esta escuela con Jesús se
hace en comunión del discípulo con el Maestro y del Maestro con el discípulo.
Es un camino que nos lleva a “ser discípulos” y a “hacer discípulos”
para El.
Esta
formación abarca tres aspectos fundamentales:
a.
Teología
Misionera:
Abarca la comprensión de la misión y la evangelización, sus motivaciones,
contenido y finalidades. Es la ayuda para que se comprenda bien la misión, el
Reino de Dios, lo que es la evangelización, y para que la persona tenga
criterios y mentalidad misionera.
b.
Espiritualidad
Misionera:
comprensión de las actitudes interiores y exteriores del misionero, su vida
espiritual, sus sentimientos y todo lo que hace a su comunión íntima con
Cristo. Apunta al corazón de la
persona, hacerse amigo, ayudar a transformar los sentimientos y fomentar la
valentía apostólica. Es para poner mística misionera que dé fortaleza a la
vida y al trabajo. La espiritualidad misionera lleva a que uno viva la comunión
íntima con Cristo y sepa caminar con El, sepa sentir y obrar como El. Lleva a
que uno sea dócil al Espíritu Santo y aproveche sus dones. Lleva a que uno
tenga universalidad y celo apostólico, caridad apostólica con la cual se
entregue y obre verdaderamente como misionero universal.
c.
Metodología
Misionera:
es la parte metodológica y didáctica, con la cual se entrena a la persona para
la misión y para la animación misionera. Lleva a que la persona sea buena
misionera y forme o promueva misioneros.
La
formación misionera debe ser implementada mediante actividades que ayuden a
todos para que, de manera sistemática, gradual, integral, sean buenos
misioneros y buenos animadores misioneros. Se enseña cómo utilizar los
diversos recursos para el trabajo misionero.
Itinerario
Formativo de los Grupos Misioneros
Considerando
las siguientes realidades de los Grupos Misioneros:
Se
ve conveniente plantear el itinerario formativo, no como una secuencia de temas
a transmitir, sino como un conjunto de áreas formativas, que ayuden a una
formación integral de sus miembros, teniendo en cuenta los aspectos doctrinal,
espiritual, metodológico y humano.
De
esta manera, cada Grupo podrá ir tomando en la medida de sus necesidades, los
temas que constituirán su itinerario formativo particular, teniendo siempre el
cuidado de equilibrar las distintas áreas, sin dar mayor preponderancia a una
de ella por encima de las otras.
Las
áreas propuestas son las siguientes:
Fundamentación:
“Los que hayan de ser enviados a los
diversos pueblos como buenos ministros de Jesucristo, estén nutridos con las
palabras de la fe y de la buena doctrina, que tomarán ante todo, de la Sagrada
Escritura, estudiando a fondo el Misterio de Cristo, cuyos heraldos y testigos
han de ser. (...) Dispóngase ya desde el principio su formación doctrinal de
suerte que abarque la universalidad de la Iglesia y la diversidad de los pueblos”
[3].
“Además
de la formación espiritual se requiere una sólida instrucción doctrinal,
incluso teológica, ético-social, filosófica, según la diversidad de edad, de
condición y de ingenio”
[4]
Contenidos:
El
nivel de formación de las personas que se integran a los Grupos Misioneros es
muy variado, por lo cual no debe suponerse su formación cristiana básica. Es
preciso incorporar en la formación del GM los elementos esenciales de la
doctrina cristiana, tomando los temas de la Sagrada Escritura y del Magisterio
de la Iglesia (Catecismo de la Iglesia Católica y otros documentos de la
Iglesia).
Fundamentación:
“Es
necesario, sobre todo, al futuro misionero dedicarse a los estudios misionológicos;
es decir, conocer la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la
actividad misional, saber qué cambios han recorrido los mensajeros del
Evangelio en el decurso de los siglos, la situación actual de las misiones...”
[5]
Contenidos:
La formación del Grupo Misionero debe incluir temas específicos de misionología,
que contribuyan a crear en sus integrantes mentalidad y criterios misioneros.
Estos temas estarán basados fundamentalmente en los documentos misioneros
posteriores al Concilio (Ad Gentes, Evangelii Nuntiandi, Redemptoris Missio,
Cooperatio Misionalis). Además de estos temas específicos, esta área temática,
iplica darle un enfoque misionero a los temas de las otras áreas. En este
sentido deben incluirse temas tales como el origen trinitario de la misión, la
Misión de la Iglesia, Situaciones de la Misión de la Iglesia: Primera
Evangelización, Nueva Evangelización, Atención Pastoral; La actividad
misionera específica: objetivos y destinatarios; Responsables y Agentes de la
Misión; la Pastoral Misionera; la Animación Misionera; la Cooperación
Misionera; Relaciones entre fe y cultura: Inculturación; Historia de las
Misiones, etc.
Fundamentación:
“El futuro misionero ha de prepararse
con una especial formación espiritual y moral para un empeño tan elevado. Debe
ser capaz de iniciativas constantes para continuar los trabajos hasta el fin,
perseverante en las dificultades, paciente y fuerte en sobrellevar la soledad,
el cansancio y el trabajo infructuoso. Se presentará a los hombres con mente
abierta y corazón dilatado; recibirán con gusto los cargos que se le confíen;
se acomodará generosamente a las costumbres ajenas y a las cambiantes
condiciones de los pueblos, ayudará a sus hermanos y a todos los que se dedican
a la misma obra con espíritu de concordia y de caridad mutua (...). Ejercítense,
cultívense y nútranse cuidadosamente de vida espiritual estas disposiciones de
alma ya desde el tiempo de la formación. Lleno de fe viva y de esperanza firme,
el misionero sea hombre de oración: inflámese en el espíritu de fortaleza, de
amor y de templanza; aprenda a contentarse con lo que tiene; lleve en sí mismo
con espíritu de sacrificio la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús obre
en aquellos a los que es enviado; llevado del celo por las almas gástelo todo y
sacrifíquese a sí mismo por ellas, de forma que crezca
en el amor de Dios y del prójimo con el cumplimiento diario de su
ministerio” [6]
Contenidos:
La formación
del Grupo Misionero deberá contribuir a crear en sus miembros corazón y
actitudes misioneras, y ayudarlos a crecer en su proceso de maduración personal
y vocacional En tal sentido, deberán incluirse temas tales como la vocación,
incluir temas tendientes a desarrollar estas actitudes en el misionero,
tales como: la espiritualidad misionera, aptitudes del misionero, la vida de
oración, el Rosario Misionero, el compromiso Misionero, y presentar los
ejemplos de vida de los santos y patronos misioneros (Santa Teresita del Niño
Jesús y San Francisco Javier),
vida comunitaria, elementos de psicología relacionados con el
conocimiento y la madurez personal, afectividad, estructuración de la
personalidad, temperamento, carácter, valores, etc.
Fundamentación:
“Es
necesario, sobre todo, al futuro misionero dedicarse a los estudios misionológicos...
y los métodos considerados hoy como más eficaces”[7].
“No se olvide tampoco la importancia de
(...) la formación práctica y técnica”
[8].
Contenidos:
La formación
del Grupo Misionero debe incluir temas prácticos que brinden al misionero las
herramientas que le serán de utilidad para desarrollar mejor su labor
evangelizadora. Por ejemplo: manejo de Biblia, organización de misiones,
preparación de encuentros catequísticos, técnicas de oratoria, nociones prácticas
sobre liturgia, dinámica de grupos, elementos de psicología y sociología para
el trato con la gente, conocimiento de elementos de religiosidad popular y
acerca de otras religiones, sectas y movimientos religiosos para un mejor diálogo
con ellas, etc.
Fundamentación:
“La formación para el apostolado supone una
cierta formación humana, íntegra, acomodada al ingenio y a las cualidades de
cada uno. Porque el seglar, conociendo bien el mundo contemporáneo, debe ser un
miembro acomodado a la sociedad de su tiempo y a la cultura de su condición” [9].
Contenidos:
La formación
del Grupo Misionero debe ser integral, es decir, que abarque todos los aspectos
de la vida de sus integrantes, no sólo a nivel religioso, sino también a nivel
humano, aprovechando el aporte que distintas disciplinas científicas, pueden
hacer a la hora de encarar el proceso formativo. Es importante incluir entonces,
temas que hacen a su vida cotidiana, tales como
la vivencia cristiana de la
sexualidad y el matrimonio, el
respeto de la vida (aborto, eutanasia) y la salud (drogadicción, alcoholismo),
formación cívica y política, elementos de antropología, moral, ética,
Doctrina Social de la Iglesia, situaciones y nuevos desafíos de la sociedad
actual (cuestiones de “género”, homosexualidad, nuevos modelos de familia,
etc.).
Una
propuesta metodológica para la formación de los GM: La Escuela con Jesús
La
Escuela con Jesús es una propuesta metodológica para la formación de los
Grupos Misioneros que busca abarcar integralmente el proceso formativo de la
persona en cuatro aspectos fundamentales: intelectual, afectivo, testimonial y
comunitario.
Para
esto, organiza los encuentros del Grupo en cuatro momentos, cada uno de los
cuales contempla un área distinta y complementaria de las demás:
·
Area
Doctrinal "Escucharlo a El y aprender
de El": que apunta al aspecto intelectual, a través del cual el
misionero amplía sus conocimientos. Recibe el nombre de Catequesis Misionera.
·
Area
Espiritual "Vivir con El y vivir como
El": que apunta al aspecto afectivo, a través del cual el misionero
estimula su vivencia de la fe, celebra y ora. Recibe el nombre de Espiritualidad
Misionera
·
Area
Pastoral "Hacer lo que El nos
diga": que apunta al aspecto testimonial, a través del cual el
misionero entra en acción y abre sus manos y su corazón y va al encuentro del
otro. Recibe el nombre de Proyección
Misionera
·
Area
Comunitaria "Seamos uno para que el
mundo crea": que apunta al aspecto comunitario, a través del cual el
misionero desarrolla sus relaciones integrándose a la comunidad, a la Iglesia y
a la sociedad toda. Recibe el nombre de Vida
de Grupo.
Mediante
este proceso cíclico se busca ofrecer un proceso formativo integral, en el cual
se contemplen de manera equilibrada todos los aspectos de la personalidad del
misionero, sin descuidar ninguno de ellos.
Puede
optarse por realizar un encuentro para cada uno de estos momentos (una semana
cada uno), o unir dos o más de ellos en un solo encuentro, o extender un
momento en más de un encuentro, o realizar alguno de estos pasos fuera de los
horarios habituales de reunión, siempre y cuando se respete el proceso cíclico
de dar los cuatro pasos. De esta manera se asegura un equilibrio en el proceso
formativo, evitando que los encuentros se transformen en un mero estudio teórico
de la fe y la vocación misionera, o caer en el extremo pragmático de
"hacer actividades" sin proporcionar fundamentos sólidos de la fe, o
caer en el extremo místico de una espiritualidad desvinculada de la realidad, o
convertirse simplemente en un "grupo de amigos".
A
continuación se explican un poco más detalladamente cada uno de los cuatro
pasos de la Escuela con Jesús:
Catequesis
Misionera: En
este primer momento, se enfoca el tema desde el aspecto intelectual. Se propone
el estudio doctrinal del tema, buscando profundizar el conocimiento de Jesús,
de la Iglesia y de la misión. Se busca que el misionero inestigue, aprenda,
analice críticamente, saque conclusiones, y asuma compromisos concretos.
Este
momento puede llevarse a cabo mediante exposición del tema, talleres de
estudio, trabajos grupales, mesas redondas, paneles, representaciones, videos,
audiovisuales, etc.
Espiritualidad
Misionera: En
este segundo momento, se apunta al aspecto afectivo y espiritual. Se propone
vivenciar y celebrar el tema estudiado. En este momento, el mensaje aprendido y
asimilado, toca el corazón, se encarna y se celebra.
Este
momento puede llevarse a cabo mediante celebraciones de la Palabra, momentos de
oración, y toda otra actividad que ayude al encuentro personal con Jesús.
Proyección
Misionera: En
este tercer momento se busca testimoniar de una manera concreta lo vivido en los
momentos anteriores. Se propone discutir maneras de proyectar lo vivido "más
allá de nuestras fronteras" y, preferentemente, realizar una acción
concreta en la cual se comunique a los demás, el mensaje aprendido y
vivenciado. Así, la Palabra de Dios estudiada, meditada y celebrada, se vuele
testimonio misionero hacia los demás.
La
realización de este momento, ayuda a que el grupo ponga en práctica lo que va
aprendiendo mediante actividades concretas, y que se abra a la comunidad. De
esta manera, los miembros del grupo van viviendo y experimentando la misión, no
sólo "estudiando" la vocación misionera, sino que la ponen en práctica.
Existen
muchas maneras de realizar esta proyección misionera:
·
Actividades
de Acción Misionera: visitas a hogares de niños o ancianos, cárceles,
hospitales, a familias del mismo barrio o de otro, etc.
·
Actividades
de Animación Misionera: realizar carteleras, organizar encuentros o charlas
para personas del barrio, visitar otros grupos de la Comunidad, etc.
·
Actividades
de Cooperación Misionera: enviando correspondencia a miembros de otros Grupos
Misioneros, a misioneros Ad Gentes, o a la comunidad de destino de las misiones
del Grupo. Organizando colectas o campañas a favor de algún grupo humano
concreto, o de las misiones, etc.
Vida
de Grupo: Este
cuarto momento apunta al aspecto comunitario. Busca favorecer la vida de grupo,
creando y fortaleciendo vínculos de unidad y fraternidad entre los miembros del
Grupo. Responde a la maduración de la dimensión social y eclesial del
misionero. En este momento pueden realizarse actividades que estimulen el
compartir, como dinámicas de conocimiento e integración, programación de
actividades comunitarias, evaluaciones de la marcha del grupo, convivencias,
encuentros recreativos y deportivos, excursiones, campamentos, caminatas,
fiestas comunitarias, etc.
Documentos Misioneros de la Iglesia
A
continuación se mencionan los documentos de la Iglesia a los que los Grupos
Misioneros puede y debe recurrir para su formación:
1.-
Documentos anteriores al concilio:
2.-
Documentos conciliares:
3.-
Documentos posconciliares:
Notas: