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Capítulo 10
El
Camino Misionero en América y Argentina
El
Camino Misionero en América
Méjico
fue uno de los primeros países en organizarse a nivel misionero en todo el
continente. Para el año 1977, ya había realizado 6 Congresos Misioneros
Nacionales. En este año, se juzgó oportuno ampliar los horizontes y convertir
el 7° Congreso Misionero Nacional de Méjico en el 1° Congreso Misionero
Latinoamericano, naciendo así los COMLAs. Un COMLA es:
A
partir de 1977 se han realizado estos congresos cada cuatro años en un país
diferente de América Latina (el 1º y el 2º en Méjico, el 3º en Colombia, el
4º en Perú, el 5º en Brasil y el 6º en Argentina. El 7º fue en Guatemala en
2003). A partir del COMLA se incorporaron al mismo EEUU y Canadá y el Caribe,
convirtiéndose así en el 1º Congreso Americano Misionero CAM I.
Son
organizados por las Comisiones Episcopales de Misiones (CEM) y las Direcciones
Nacionales y Diocesanas de las OMP (Obras Misionales Pontificias), con
colaboración del DEMIS-CELAM. Se invita a participar a todas las Iglesias
Particulares y todos los organismos y fuerzas misioneras del Clero (obispos,
sacerdotes y diáconos), Religiosos (órdenes y congregaciones masculinas y
femeninas) y Laicos (movimientos eclesiales misioneros, institutos seculares y líderes
de comunidad).
Como
objetivo inmediato de estos Congresos se busca animar a los Obispos, clero
diocesano, seminarios, Institutos Misioneros, Institutos Religiosos y laicos,
para que asuman un real y efectivo compromiso de misión ad gentes.
El
camino misionero en Argentina
De
parte de la Jerarquía.
Como
respuesta a los postulados de Puebla, desde 1985 la Iglesia
en Argentina inicia un proceso tendiente a la renovación pastoral, con
una documento “Bases para una labor
pastoral en orden a una nueva evangelización”, con una amplia participación
del Pueblo de Dios. Entre las preguntas y respuestas aparece con claridad la
inquietud por un tipo de pastoral que sea más misionera, evangelizadora. En
este sentido en el análisis de la realidad se observa ´la falta de testimonio
cristiano´ y el ´poco espíritu misionero´ En las sugerencias para una
pastoral nueva, evangelizadora, los fieles mencionan ´la opción por los pobres´,
más participación del laicado en la pastoral, y particularmente en la obra
evangelizadora.
De
parte del Pueblo de Dios.
Desde los años 60 a 70 se vino despertando
en la Iglesia local el fenómeno
de los Grupos Misioneros (GM), con la colaboración las Misiones
Rurales Argentina, AMA (Acción
Misionera Argentina) y varias Congregaciones Religiosas.
Por la manera de su formación eran movimientos urbanos que salían
hacia el interior del país. Como es propio de los Movimientos, conocieron sus
altibajos (¡Época de los gobiernos militares!). Pero paulatinamente se
agregaron muchos grupos del mismo interior, que salían a misionar en sus
iglesias particulares y/o fuera de ellas.
En
los años ´80 se organizó el
Encuentro Nacional de la Juventud en Córdoba. La Prioridad Juventud, reclamada
en Puebla, renovó profundamente el caminar de este sector de nuestra Iglesia.
La participación en el sector “misión” de aquel Encuentro sorprendió a
los mismos organizadores, cuando 3.500 jóvenes se volcaron a compartir su
experiencia misionera. Fue una oportunidad de acercamiento, de conocer
experiencias y problemas comunes, buscar soluciones, ir descubriendo que eran
muchos y que tenían una gran fuerza y riqueza, pero que a la vez faltaba
organizarse y profundizar la experiencia misionera. Así, el Espíritu mueve a
asumir este desafío.
En
los cinco años siguientes los jóvenes profundizaron su vocación misionera, y
reclamaron su presencia como agrupación propia en la Iglesia, como de hecho
ocurre en 1990 en el Encuentro de Dirigentes juveniles en Paraná. Desde la
Comisión de Animación Misionera, se analizó seriamente la realidad social,
cultural, religiosa y se trató de buscar caminos para ayudar a que Jesús se
encarnara y viviera en cada persona, pueblo, continente, de
modo nuevo, y con un nuevo
ardor misionero se impulsara a seguir contribuyendo de verdad
la Nueva Evangelización.
Mientras
tanto, en 1989, el Co.Na.Mis.
(Consejo Nacional de Misiones), en la las vocaciones sacerdotales y laicales A.G. pedidos por los participantes al Encuentro.
persona de su presidente, Mons. Luis Stöckler, convoca al Primer Encuentro
Nacional de Grupos Misioneros en Posadas, los días 11-13 de octubre de 1991:
"Se han realizado congresos eucarísticos, marianos, catequísticos, etc.,
pero es la primera vez que se convoca a estos grupos de cristianos,
especialmente jóvenes, que desde hace muchos años se dirigen a las zonas
marginadas de nuestro país, tanto en el interior como en las grandes ciudades,
y que se han dado el nombre de Grupos Misioneros". El lema fue: "Más allá de las fronteras"(DP 364) . La finalidad principal
de este encuentro fue "Fortalecer nuestra conciencia de Iglesia para
impulsar, desde la nueva evangelización de nuestro país, la misión hacia los
pueblos no cristianos, A.G.". Posadas significó para la Pastoral Misionera
de la Iglesia en Argentina un punto de referencia fundamental. Más de 9000
misioneros de todo el país, en su mayoría jóvenes, se encontraron para compartir la alegría de sentirse
llamados por Jesucristo a la vocación misionera. A partir de este Encuentro,
comenzaron a organizarse en las distintas diócesis del país los primeros
Equipos Diocesanos de Misiones. Puede decirse que muchísimos de los elementos
de este Manual, encuentran sus raíces en el Encuentro de Posadas aunque todavía
quedan por delinear, establecer, realizar diocesana y nacionalmente las
estructuras que hagan viables
En
1997, el Primer Congreso Misionero Nacional, fijó como Objetivo General:
"Despertar, fortalecer, renovar la conciencia y el compromiso misionero de
la Iglesia en Argentina". La ciudad de Santa Rosa en La Pampa fue su sede.
El mismo Congreso tenía un tinte misionero por hacerlo en una Región, donde
“nunca hubo un acontecimiento nacional”.El lema que convocó a los
misioneros en este Congreso fue "Argentina,
con Cristo, sal de tu tierra”. Si bien era un Congreso Nacional, un gran número
de los asistentes eran miembros de los GM.
Al
año siguiente (1998), ante el eco inesperado que suscitó en los Grupos
Misioneros la convocatoria de La Pampa, la CEA (Conferencia Episcopal
Argentina), decidió invitarlos al 2° Encuentro Nacional de Grupos Misioneros
en consonancia con el anterior de Posadas y con todo el bagaje de reflexión
madurada durante estos años. En cuanto a la espiritualidad, los más de 2000
presentes se compenetraron de su fundamento misional: “El misionero solo lo
puede ser, si es dócil al Espíritu Santo”. . El objetivo propuesto para este
2° Encuentro fue: "Profundizar la identidad y consolidar la eclesialidad
de los GM, favoreciendo su integración en la comunidad de origen y de
destino". Su sede fue S.Miguel de Tucumán.
Finalmente,
en 1999, se celebró en Paraná, (
Entre Ríos) el 6° Congreso Misionero Latinoamericano (COMLA6)
1° Congreso Americano Misionero (CAM1). Este fue, sin duda, el mayor
acontecimiento misionero que se vivió en nuestro país hasta el presente.
Haciendo caso al deseo del Papa de considerar
a las Américas como un solo continente, se abrieron las puertas a las Iglesias
de Canadá y Estados Unidos y del Caribe, unificando así el esfuerzo misionero.
Su objetivo general fue: "Impulsar a las Iglesias de América para que
anuncien a Jesucristo, el Salvador, a todos los pueblos, testimoniando,
sirviendo y dialogando". Su lema fue: "América, con Cristo, sal de tu
tierra". Nuevamente, y a su
expreso pedido, los GM se hicieron presentes los dos últimos días del COMLA,
con vitalidad misionera. La
capacidad receptiva de la ciudad de Paraná no permitió una cantidad
mayor de 2000 integrantes de los GM. Escucharon a varios expositores del
COMLA y con sus temas elaboraron un decálogo válido para todo miembro de un
GM:
1.
El misionero dice “Padre Nuestro” teniendo en el corazón a los
hombres de todos los pueblos,
2.
El misionero hace de su vida una entrega de amor a Cristo en sus hermanos
más necesitados,
3.
El misionero es dócil a la acción del
Espíritu Santo y por lo tanto humilde, disponible y despojado como María;
4.
El misionero del tercer
milenio encuentra la fuerza de su obrar en la oración, que se alimenta de la
Palabra y los Sacramentos;
5.
El misionero es coherente en su vida diaria con el evangelio que cree y
anuncia;
6.
El misionero vive y contagia la alegría, siendo testigo de Cristo
resucitado;
7.
El misionero respeta las diversas culturas y acoge los valores presentes
en ellas;
8.
El misionero proclama el kerigma con valentía en medio de gozos y
contrariedades;
9.
El misionero e compromete en el acompañamiento del misionado;
10.
El verdadero misionero es el santo.
También
en el Segundo Congreso Misionero
Nacional, en Mar del Plata en 2002 hubo una notable presencia de los GM,
representando a sus Diócesis y Regiones pastorales. Su objetivo fue: «Reavivar
la conciencia y la acción misionera de nuestras Iglesias particulares, para
que, en los inicios del nuevo milenio, podamos responder con mayor generosidad y
eficacia a los desafíos pastorales que el mundo de hoy y el mandato de Cristo
nos plantea. El lema que convocó a los misioneros en este Congreso fue "Iglesia
en Argentina, tu vida es Misión”.