Primera carta de la Hna. Silvia al
llegar a la misión en Africa.
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la Misión en Parakou, de las Esclavas del Corazón de Jesús
Parakou, 20 de agosto de 1997
Mis queridas hermanas y amigos :
Esta carta escrita hoy, día del amigo, va colectiva pero prometo
contestar personalmente a todos los que me escriban. Lo más duro de
la distancia es no tener noticias frescas y seguidas de la gente
querida. Aquí se agigantan los recuerdos, los momentos compartidos y
se ponen a flor de piel los sentimientos más íntimos.
Paso a contar un poco de esta aventura africana. Es tanto lo que se
puede decir que es muy difícil ponerlo ordenadamente por escrito, lo
voy a intentar para compartir con Uds. algo de mi vida, como lo hice
cuando estábamos cerca.
Benin es un país del Africa del Oeste, muy pobre en general, con un
sistema democrático de gobierno frágil e inmaduro. El actual
presidente fue el autor de la revolución que puso en el poder el
sistema comunista en los años 70 y que ahora es democrático y de una
secta cristiana. El hombre tiene sus convicciones e ideas políticas
un poco confusas pero va dando pasos adelante, ya no le conviene a
nadie estar fuera del progreso capitalista.
No obstante, se sigue dependiendo económicamente de Europa y aunque
la colonia fue abolida hace mucho tiempo, en la práctica no hay
libertad ni progreso verdadero. Es triste ver la falta de
oportunidades y el círculo vicioso de pobreza.
Un país sin grandes riquezas no es un lugar para inversiones y menos
para fomentar industrias y fuentes de trabajo. Salvo proyectos e
iniciativas de la Iglesia y organismos de ayuda humanitaria, no hay
grandes emprendimientos.
El tema de la educación es otro problema. La mayoría de los niños no
asiste a la escuela y de los que van el 70 % son varones pues la
mujer está postergada totalmente. Hay un tímido despertar en las
ciudades pero en las aldeas nada.
Nuestro principal trabajo va a ser en las aldeas: dentro de la
Parroquia tenemos 29 conocidas que llegan hasta el límite con
Nigeria y otras desconocidas a las cuales todavía no ha llegado
nadie y que habrá que descubrir poco a poco.
Por ahora no se puede llegar pues con la época de lluvias se
desbordan los ríos y los caminos son intransitables. El Obispo nos
prometió para nuestro trabajo una camioneta que estamos esperando
todavía. Mientras tanto nos prestaron una Renaul 4L destartalada, a
la que bautizamos con el nombre de BATURE, que quiere decir blanco
en una lengua local, pues anda como los blancos en el Africa. Se
para en los lugares más insólitos, hace ruidos extraños, y no pasa
de 50 km. (con suerte y en bajada). Un verdadero desafío a mis
aspiraciones tuercas, un castigo en realidad por todas mis
contravenciones de tráfico y excesos de velocidad.
Aquí el tráfico es un capítulo digno de mencionar, especialmente
en la capital Cotonou y en Parakou... es caótico. No existen las
reglas de conducir, hacen exactamente lo contrario de lo que se
espera, circulan por bandada unos taxi-moto llamados
semidjan, hay cerca de 70000 en la capital y se meten por todas
partes; para mí son suicidas. Así que hay que andar con los ojos
abiertos y los nervios en orden.
Además de trabajo de primera evangelización habrá que hacer de
todo un poco, especialmente promoción humana y de la mujer. Hicimos
un curso muy interesante de nutrición para agentes rurales con un
método ideado para gente analfabeta y que no habla francés: se vale
de dibujos simples y se basa en la nutrición de los niños, el
cuidado de la salud y la higiene. Cosas tan simples para nosotros
como una vacunación aquí son ciencias ocultas para algunos, con las
consecuencias previsibles: polio, tuberculosis, viruela y otras
pestes para las cuales hay remedio. La desnutrición y el marasmo en
los niños es una plaga. Verdaderamente, mientras a mucha gente le
sobra de todo, al punto de derrochar, aquí la lucha por la vida es
la tarea primordial, sobrevivir no es tan fácil y la mortalidad es
muy alta.
Paradójicamente el índice de natalidad es de los más altos del
mundo, hay chicos por todos lados y se respeta la vida como el don
más importante. Tener un hijo es el acto creador por excelencia y en
mis reflexiones pienso que es su contribución con la vida, es lo
único propio, posible y valioso que tienen. La madre tiene una
relación tan estrecha con su bebé que forman un todo, no lo dejan
nunca, lo llevan en sus espaldas a dondequiera que vayan, trabajando
en el campo, comerciando en el mercado, preparando la comida,
acarreando agua y leña... los niños no las molestan, los incorporan
y asumen, y eso les da una serenidad que es envidiable.
Nuestra sociedad frenética y apurada perdió esos gozos, pequeños
momentos mágicos de encuentro humano y gratificante. Estamos
corriendo de un lado al otro para conseguir bienestar y darles de
todo, y nos olvidamos de verlos crecer, de charlar con ellos, de
conocerlos y acompañarlos. En mi experiencia en los colegios pude
comprobar cuanta soledad pasan nuestros niños y jóvenes, cuanta
incomunicación en el mundo del progreso informático.
A mí, que soy un ejemplar acelerado por excelencia, este frenar
brusco me ayudó y desorientó al mismo tiempo, aquí hay tiempo para
la reflexión, para rezar y compartir la vida. Los únicos apurados en
el Africa somos los blancos, ellos manejan los tiempos de otra
manera. Al principio pone un poco nerviosa el esperar para todo,
pero es cuestión de encontrarle el sentido que tiene...
En la Parroquia se comenzó un proyecto de recolección de basura por
el barrio, pues antes estaba tirada por las calles, los chanchos y
los chicos retozaban alegremente en la mugre y eso era un foco de
infección y enfermedades. Con dos mini-tractores (son como
triciclos) y unos carritos, van por las casas recogiendo los
residuos; y en un lugar que nos prestaron se deposita la basura para
abonar tierra y se planta verdura para vender.
Nosotras, en nuestra casita, ya tenemos una pequeña huerta y ya
comimos peregil ¡plantado por nosotras! Tenemos tomates, chauchas,
pepinos, zanahorias, todas unas granjeras...
Este proyecto da trabajo a 27 personas y está financiado por tres
años desde un organismo
de Europa que dio U$S 30000 por tres años. Ya está por terminarse el
plazo y si no nos ayudan se perderá todo por falta de fondos, es una
lástima, pero siempre se depende de lo económico.
Bueno, no quiero cansarlos, hay miles de cosas por contar lo cual
iré haciendo de a poco. Escriban que lo necesito, saber de cada uno
es una alegría y es la manera de seguir sintiéndome parte, de vivir
de mis raíces y de mi gente. Valoro tanto lo que Dios me dio en toda
mi vida, mi familia y mis amigos, mis hermanas, las posibilidades de
amar y ser amada, de estudiar y trabajar, y ahora poder dar lo que
recibí a otros que lo necesitan.
El Señor en sus misteriosos caminos nos prueba con la cruz pero
también nos llena de dones y gracias. Después del inmenso dolor de
la muerte del papá de Lelia son incontables los gestos de apoyo, de
cariño y de solidaridad que hemos recibido.
Los misioneros y la gente se acercaron a nosotras y nos hicieron
sentir parte de una familia y comunidad que está unida por Cristo
ante todo, derribando barreras de color, cultura e idioma. Se nos
tendieron manos generosas y desinteresadas en todo momento.
Dios habla a través del dolor y de los hermanos; en la soledad se
perciben voces nuevas que por el ruido de la vida y las actividades
dejamos de escuchar. Africa enseña a entrar en el desierto del
corazón y encontrase con lo esencial de nuestras vidas consagradas.
Son experiencias duras pero necesarias, que equilibran la vida y nos
hacen mas humanos y cristianos.
Mil gracias a todos los que con sus oraciones, sacrificios y
cariño nos hacen sentir cada día que esta misión es de todos.
Queremos saltar las fronteras y llegar con este impulso a cada
rincón de Argentina, de Africa y del mundo entero como quería Madre
Catalina.
Recen para que encontremos los caminos que Dios nos tiene
preparados para compartir el Evangelio y la vida en Africa.
Un abrazo enorme de quien los quiere con todo el corazón y los
extraña muchísimo.
María Silvia
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