GRUPO MISIONERO
NUESTRA
SEÑORA DE GUADALUPE
Parroquia Santa Lucía,
Paraná, Entre Rios - República Argentina
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GRUPO MISIONERO |
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Los integrantes del Grupo Misionero “Nuestra Señora de Guadalupe” nos proponemos caracterizarnos por manifestar el propósito de aspirar a la santidad, mediante una vida conforme a los valores evangélicos y a la espiritualidad misionera, llevando una vida sacramental y dando testimonio de fe en los ambientes cotidianos; participar de los encuentros, apostolados y demás actividades, comprometiéndose en la formación y espiritualidad misionera; y buscar una relación fraternal con los demás miembros del grupo, recordando que Jesús nos dijo: “en el Amor que se tengan los reconocerán”. Vivimos nuestro carisma propia a través de: la formación misionera, estudiando la Palabra Revelada y la doctrina de la Iglesia para luego poder transmitirla; espiritualidad misionera, orando, celebrando, vivenciando e interiorizando el Mensaje recibido, en presencia de Jesús Eucaristía, e invocando al Espíritu Santo para que nos dé fuerzas para vivir lo que anunciamos; proyección misionera transmitiendo a través de una acción concreta el Amor de Dios, puede realizarse mediante misiones ad-intra, apostolados, animación misionera, entre otras actividades; comunión misionera, afianzando los lazos de fraternidad que unen a los miembros del grupo. |
Estructura:
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En la actualidad el Grupo Misionero “Nuestra Señora de Guadalupe” se estructura de la siguiente manera:
La división por edades responde a las diferentes realidades de cada momento de la vida (escuela secundaria por una parte, y universidad y mundo laboral por la otra) y brinda una formación y una espiritualidad acorde a las necesidades y características de cada una. Sin embargo cada mes, ambas áreas se reúnen para compartir la proyección y la comunión misionera, favoreciendo de esta manera la unidad, identidad e integración del Grupo Misionero. Cada área cuenta con un coordinador, quien anima los encuentros y reuniones de su área, promoviendo la comunión, integración y participación de todos los miembros y responsabilizándose de la formación misionera del Grupo. |
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Además, el coordinador de jóvenes, elegido por la votación de los integrantes del área, cumple el rol de coordinador general del Grupo Misionero, quien debe representar al G.M. ante la comunidad parroquial y diocesana, mantener permanente comunicación con los sacerdotes, y coordinar las actividades de todo el Grupo en general. Contamos además con un asesor, quien promueve el crecimiento humano y de la fe de los miembros de los grupos, orientando, apoyando y acompañando las actividades, la formación y la espiritualidad. En la actualidad, la asesora es la Hermana Carolina Segura, Sierva de la Divina Providencia. Como grupo que se inserta en la actividad parroquial, cuenta con la autoridad de los sacerdotes, quienes garantizan la eclesialidad y parroquialidad del grupo, y brindan el acompañamiento espiritual necesario para el desarrollo del Grupo. En la Parroquia “Santa Lucía” contamos con dos sacerdotes: el Padre Sergio Jacob (párroco) y el Padre Daniel Ponce (vicario parroquial). |
¿Qué son los Grupos Misioneros?
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El Señor Jesús, ya desde el principio llamó a sí a los que Él quiso, y designó a doce para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar (Mc., 3,13). Antes de subir al cielo, fundó su Iglesia como sacramento de salvación, y envió a los Apóstoles a todo el mundo, como Él había sido enviado por el Padre (Cf. Jn., 20,21). Todos los evangelistas, al narrar el encuentro del Resucitado con los Apóstoles, concluyen con el mandato misional: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos. Sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 18-20; cfr Mc 16, 15-18; Lc 24, 46-49; Jn 20, 21-23)(RMi22). Por ello incumbe a la Iglesia el deber de propagar la fe y la salvación de Cristo. Juan Pablo II comienza su Carta Encíclica Redemptoris Missio: “La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio” (RMi1). Respondiendo al mandato de Jesucristo y a la exhortación del Santo Padre, surge en la Iglesia una nueva realidad: los Grupos Misioneros. |
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Los Grupos Misioneros son un servicio de la Iglesia dirigido a los laicos, para ofrecerles animación y formación misionera mediante la asociación en grupos que se insertan en Parroquias, Colegios o Universidades.
Los G.M. viven su carisma propio siendo signos y fermentos de una Iglesia misionera, recorriendo en comunidad el camino del descubrimiento de la vocación misionera mediante:
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- Formación Misionera: procuran crecer en el conocimiento del kerygma de Jesucristo y del carisma misionero propiamente dicho. - Espiritualidad Misionera: buscan adquirir en sus vidas las actitudes principales del misionero, como ser el descubrimiento de la universalidad del amor de Dios, la urgencia de la evangelización, la necesidad de encuentro personal con Jesucristo y de una vivencia plena de los valores evangélicos. - Acción Misionera: todo lo anterior se completa únicamente con la experiencia personal del servicio evangelizador. Mediante la acción misionera dentro y fuera de su comunidad de origen, prestan un servicio concreto a la Iglesia particular y se preparan para la misión ad gentes. Una característica distintiva de los Grupos Misioneros es su Actividad Misionera “ad extra” es decir fuera de los límites de la jurisdicción de la parroquia. - Cooperación Misionera: ofreciendo su oración, sacrificios y ayuda material por la misión universal de la Iglesia. |
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- Comunión Misionera: viviendo en un sentido de comunidad, convencidos de la necesidad de la fraternidad y unidad dentro del mismo grupo como un testimonio evangelizador. - Animación Misionera: Ellos realizan esta animación mediante la información y la sensibilización, y la orientan a la ayuda espiritual, material y humana. Toda la acción, toda la formación, toda la vivencia espiritual, toda la comunión fraterna la realizan desde esta perspectiva.
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