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							El gran desafío es poner la 
							vida parroquial en estado de misión, es 
							decir en un comprometido camino de conversión 
							pastoral y misionera. La reforma de estructuras que 
							exige la conversión pastoral sólo puede entenderse 
							en este sentido: procurar que todas ellas se 
							vuelvan más misioneras, que la pastoral 
							ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva 
							y abierta, que coloque a los agentes 
							pastorales en constante actitud de salida y 
							favorezca así la respuesta positiva de todos 
							aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. (Nº 
							52) 
					  
					Esta actitud “de salida” deberá reflejarse en 
					distintas acciones misioneras en las calles, en las plazas, 
					o en las casas de los vecinos, haciendo que el barrio, la 
					ciudad o pueblo se transforme en un gran santuario donde se 
					pueda encontrar con el Dios que los ama. (nº
					53)   
		Por ello, una 
		Parroquia Misionera es aquella que está convencida de que 
		la Parroquia es para todos los que integran su jurisdicción, 
		tanto para los ya bautizados como para los que todavía ignoran, 
		prescinden o rechazan a Jesucristo (NMA 72, LPNE 43), y que la Iglesia 
		no debe quedarse tranquila solamente con los que la aceptan y siguen con 
		mayor facilidad (SD 131).  
		  
		En este sentido 
						
						
						
						Entiende que la 
		evangelización se hace más urgente respecto a aquellos que aún no 
		conocen el nombre de Jesús. Por ello su acción evangelizadora no se 
		limita a revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino que busca también anunciar a Cristo a todos aquellos que no lo conocen  
		(cfr EA 71) dirigiendo hacia ellos acciones concretas de
						primera evangelización (cfr RM 33a)
						
						
						Comprende que una 
		importante parte de las personas que viven en su jurisdicción 
		parroquial, aún siendo bautizados, han perdido el sentido vivo de la fe 
		o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una 
		existencia alejada de Cristo y de su Evangelio. Por ello, la  
		nueva evangelización  de los alejados, ocupa también un lugar 
		preferencial en su acción pastoral (cfr. RM 33b), promoviendo un 
		nuevo impulso misionero hacia estos fieles, saliendo a su 
		encuentro. (SD 131) | 
				 Delegada de Parroquias 
				Misioneras
 Salomé del Rosario Ibarra
 Parroquia Nuestra Señora del Rosario
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